Los aviones no pueden transitar por el espacio aéreo del volcán islandés de Bárdarbunga después de que las autoridades del país escandinavo elevaran la alerta al color rojo, el máximo nivel en el protocolo de la aviación, como consecuencia de una pequeña erupción detectada en la zona de la caldera. En caso de intensificarse la actividad, la incidencia puede afectar al tráfico aéreo de todo el continente.

La región afectada, en el centro de la isla, ya fue evacuada días atrás al detectarse un incremento de la actividad sísmica en el glaciar Vatnajökull, donde se encuentra este volcán, el más grande del país. La alerta roja es el nivel más elevado en la escala de cinco puntos que establecen las autoridades islandesas, y se emplea cuando hay una erupción en curso o se prevé de forma inminente. Desde que el Bárdarbunga entró en fase activa, el pasado 16 de agosto, Reikiavik había mantenido la alerta en la fase naranja, la previa al nivel actual.

"Parece ser que se ha producido una pequeña erupción de lava subglacial y se ha registrado una intensa actividad sísmica en el volcán", expuso la científica de la Oficina Meteorológica islandesa Kristin Jonsdottir. Según la entidad, no hay indicios de que la erupción haya fundido la cubierta del glacial.

EL PRECEDENTE Durante la última semana, se han registrado miles de pequeños movimientos telúricos en el Bárdarbunga, el mayor sistema volcánico del país. El Ejecutivo islandés ordenó el desalojo de más de 300 personas que estaban alojadas alrededor del glaciar Vatnajökull para evitar las potenciales consecuencias que supone la actividad sísmica detectada en el volcán.

Si entrara en erupción podría obligar a interrumpir el tráfico aéreo, como ya sucediera en el 2010, con el Eyjafjalla, según alerta la Aviación Civil islandesa. La erupción registrada en el país nórdico hace cuatro años supuso el mayor cierre del espacio aéreo europeo en tiempos de paz.

En aquella ocasión, la inesperada contingencia obligó a anular más de 100.000 vuelos, perjudicando a cerca de ocho millones de pasajeros durante el mes en el que se registraron las restricciones. La medida se adoptó ante el gran riesgo de que las partículas en suspensión expulsadas por el volcán penetraran en el motor de los aviones.