Se sabía que iba a pasar algo así. En el bloque había un incidente después de otro. Tuvimos incluso fugas de gas. Si no fuera por mi vecino que me avisó, yo no estaría aquí», explicó Aayla Moses poco después del incendio que arrasó la torre Grenfell el pasado miércoles en Londres. «Las llamas subieron rápidamente. En menos de media hora habían llegado a todas las plantas por el lado izquierdo», explicó una mujer de raza negra de unos 50 años que vivía en el edificio.

El revestimiento de la torre fue realizado con un material supuestamente prohibido en el Reino Unido, el polietileno, según afirmó el pasado domingo el ministro británico de Economía, Philip Hammond. A pesar de ello, otros 600 edificios en toda Inglaterra tienen un revestimiento similar al plástico altamente inflamable con el que estaba cubierto el edificio incendiado de Londres, según informó ayer el Gobierno de Theresa May.

La elevada cifra de edificios en condiciones similares ha sido divulgada poco después de que la primera ministra Theresa May declarara ayer en el Parlamento que los inspectores del Gobierno han localizado pisos de protección oficial con un revestimiento parecido al de la torre Grenfell.

Después de conocerse la noticia, una portavoz del 10 de Downing Street aseguró que es un «asunto urgente» comunicar esta situación a los residentes. En la Cámara de los Comunes, May señaló que después de que los inspectores hayan localizado más pisos con un revestimiento parecido, las autoridades tomarán medidas para que esos inmuebles sean seguros.

La primera ministra británica aseguró que, cada día, un centenar de edificios son revisados en el Reino Unido y que todos los ayuntamientos británicos trabajan con los servicios de bomberos locales para garantizar la seguridad de las viviendas. El líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, calificó la tragedia de «atroz» y recalcó que «cada una de las muertes podían y debían haberse evitado».

El consejero delegado del ayuntamiento londinense de Kensingon & Chelsea (al que pertenece la torre incendiada de Grenfell), Nicholas Holgate, anunció su dimisión después de las críticas recibidas por el retraso en atender la situación de los damnificados por el devastador incendio. También la primera ministra May pidió disculpas en el Parlamento por los fallos en la atención a los afectados. La Reina de Inglaterra Isabel II, acompañada por el príncipe Guillermo, se reunió esta semana con los familiares de las víctimas.