Un iceberg de unos 5.800 kilómetros cuadrados, el mayor de la historia reciente, se ha desprendido de la gran plataforma de hielo Larsen C, adosada a la península Antártica, según informaron los científicos británicos del proyecto Midas, que desde hace años vigilaban la evolución de la grieta gracias a las observaciones del satélite europeo Sentinel-1 y del estadounidense Modis. Su tamaño es similar a la provincia españolas de Alicante y diez veces superior a la superficie de Madrid capital.

El gran témpano no tiene la forma arquetípica de los icebergs, sino que trata de una gran placa alargada y lisa de unos 200 kilómetros de largo y unos 350 metros de grosor. La grieta que lo separaba de Larsen C se detectó por primera vez en el año 2010, pero en los últimos meses se había ensanchado de tal manera que los científicos esperaban que la separación fuera total de un momento a otro, informa Efe.

Los expertos de Midas, grupo de investigación especializado en estudios antárticos de la universidad galesa de Swansea, indicaron que el desprendimiento se produjo entre el 10 y el 12 de julio, aunque la ruptura no ha podido confirmarse hasta este miércoles gracias a las observaciones satelitales, con visión en el espectro infrarrojo.

«Hemos estado anticipando este suceso durante meses. Estamos sorprendidos por lo mucho que se demoró la grieta responsable de la ruptura. El iceberg es uno de los más grandes de que se tiene registro y su progreso en el futuro es difícil de predecir. Puede mantenerse de una pieza, pero es posible que se rompa en fragmentos», declaró el profesor Adrian Luckman, investigador líder del grupo. Se desconoce también qué dirección podría tomar.

SIN CAMBIOS DE NIVEL DE MAR

El iceberg, que se espera sea denominado A-68, pesa más de un billón de toneladas, según Midas.

El desprendimiento, que ha reducido alrededor del 12% el tamaño de Larsen C, transformará para siempre el paisaje de este territorio de la península Antártica, advierten los científicos. Uno de los problemas radica en el hecho de que la plataforma, ahora más debilitada, funciona como un freno ante el avance hacia el mar de los glaciares interiores.

«Es uno de los más grandes registrados y resulta complicado predecir su futuro progreso. Sigue formando ahora un solo bloque, pero es más que probable que se rompa en segmentos», afirmó Luckman, quien opinó que parte del hielo «podría permanecer en la zona durante décadas», mientras que «partes del iceberg podrían derivar al norte hacia aguas más cálidas».

El desprendimiento de icebergs, incluso de tamaños grandiosos como este, es un fenómeno natural que forma parte del ciclo del hielo en la Antártida, pero los expertos consideran que las temperaturas más altas vinculadas al cambio climático están acelerando el proceso.

Sin ir muy lejos, la vecina plataforma Larsen B, situada algo más al norte, sufrió otro descomunal desprendimiento en el año 2002.

EL NIVEL DEL MAR

Aunque pesa más de un billón de toneladas, el A-68 ya estaba flotando antes de su desprendimiento, por lo que los científicos no prevén que se produzca un aumento del nivel del mar. No obstante, Midas recuerda que Larsen C está ahora en una «situación vulnerable», a pesar de que el desprendimiento haya sido un «evento natural», y sostiene que podría sufrir el mismo destino que Larsen B.

«Nuestros modelos indican que se mantendrá más o menos estable, pero cualquier colapso futuro ocurriría dentro de varios años o décadas», apuntó Luckman. En los próximos meses y años, agregó, la placa de hielo podría «regenerarse gradualmente» o «sufrir más desprendimientos», lo que le llevaría al «colapso», si bien las «opiniones de la comunidad científica está divididas» respecto a estos escenarios.