La Guardia Civil ha detenido a 57 personas miembros de una organización criminal dedicada al tráfico de drogas entre el Norte de África y Europa.

La organización, desplegada desde Estepona (Málaga) a Tarifa (Cádiz), estaba en expansión y podría estar distribuyendo actualmente en Europa unos 60.000 kilos de hachís al año.

Se han incautado cerca de 10 toneladas de hachís, además de 12 vehículos que habían sido sustraídos, y se han intervenido bienes inmuebles por valor de casi tres millones de euros, según ha informado la Guardia Civil.

La investigación se inició el pasado mes de agosto, cuando la GuardiaCivil, según ha informado en una nota de prensa, detectó una organización muy activa dedicada a la introducción de grandes cantidades de hachís, principalmente en la zona del Campo de Gibraltar y Manilva.

La organización desarticulada funcionaba como una cooperativa en la que los líderes compartían los recursos y los medios humanos. Contaba con pilotos experimentados de embarcaciones semirrígidas, conocidas como 'gomas', para transportar el hachís desde Marruecos a la costa española. Estos pilotos ocupaban un escalón alto en la organización y estaban muy bien considerados y retribuidos.

EN VEHÍCULOS ROBADOS

Durante las operaciones de desembar que contaban con un nutrido grupo de personas, los conocidos como 'puntos', que utilizaban teléfono smóviles o 'walkie talkies' para dar aviso en caso de que la Guardia Civil apareciera.

El hachís era cargado en vehículos que previamente habían sido robados, todoterrenos de gran capacidad, a los que tintaban las lunas de negro y quitaban los asientos traseros para aumentar la capacidad de carga. Disponían de lugares seguros para guardar estos vehículos y así usarlos en diferentes ocasiones.

Las ramas de la organización delictiva asentadas en San Roque y Manilva usaban obras en construcción para ocultarlos, mientras que la asentada en Tarifa usaba fincas en las que tenían depositados contenedores de transporte.

Otra medida de seguridad era el numeroso grupo de personas que se encargaban de vigilar las tareas de desembarque y transporte de la droga; de hecho, se han intervenido cerca de 30 teléfonos móviles, algunos de ellos con pegatinas en los que indicaba el lugar donde tenían que ubicarse estas personas.

En total, la Guardia Civil, en las diferentes aprehensiones que ha realizado, se ha incautado de cerca de 10.000 kilos de hachís de diferentes alijos. Hasta el momento los investigadores han intervenido bienes inmuebles por un valor 2.809.576 euros y de bienes muebles por 293.818 euros.

Hay 57 personas detenidas, la mayoría mientras culminaban los alijos en la playa y en la custodia de la droga y de los vehículos sustraídos, el resto son los jefes de la organización y personal de los escalones de infraestructura y logística. Uno de los cabecillas es un empleado público que llevaba una vida aparentemente normal. Más de la mitad de los detenidos ha infresado en prisión.