La multinacional estadounidense de comida rápida McDonalds, una de las más afectadas por el escándalo de la Compañía de Alimentación Husi de Shanghái, acusada el domingo pasado en televisión de vender productos hechos con carne en mal estado, dejará de comprar a esa fábrica, pero no a Husi.

Así lo ha asegurado este vienes la propia filial china de la compañía mediante un comunicado publicado en su cuenta oficial de la red social Weibo en el país, en el que ha anunciado que suspenderá su actual contrato con la planta de Husi de Shanghái, y que comprará los mismos suministros a su compañía hermana Husi de la provincia de Henan.

Ambas son filiales del Grupo OSI, un conglomerado de procesamiento alimentario con sede en Aurora (Illinois, EEUU), cuyas instalaciones de Henan controla la fábrica al 100%, y que inauguró en octubre pasado, con 120 empleados y una capacidad de producción de 180.000 toneladas de alimentos procesados.

El presidente ejecutivo de OSI, Sheldong Lavin, dijo en el propio comunicado de McDonalds que su empresa "se asegurará de que (lo ocurrido en su planta de Shanghái) no vuelva a pasar", mientras la cadena de hamburgueserías añadió que está revisando sus sistemas de control de la calidad de sus suministradores en China.

Inaceptable

"Lo que pasó con Husi Shanghái es completamente inaceptable y está terriblemente mal", lamenta otro comunicado en el portal de OSI.

Una decena de multinacionales de franquicias de comida rápida como McDonalds, KFC, Pizza Hut, Starbucks, Burger King, Papa Johns, 7-Eleven y la china Dicos, e incluso las filiales de McDonalds en Japón y en Hong Kong, se han visto afectadas por el escándalo y han retirado la carne comprada a Husi de sus puntos de venta.

Relaciones comerciales rotas

La estadounidense Yum! (propietaria de KFC y Pizza Hut) anunció en las últimas horas que dejará de comprar a Husi en China, mientras que la filial hongkonesa de McDonalds empezó a retirar anoche varios productos cárnicos de sus puntos de venta tras reconocer que uno de sus suministradores era también Husi.

Las investigaciones iniciales de las autoridades shanghainesas indican que la empresa elaboraba de forma sistemática la producción y comercialización de productos cárnicos caducados, ya que hallaron más de 5.000 cajas de carne en ese estado almacenada en sus instalaciones.

Un reportaje de la televisión shanghainesa Dragon TV, con cámara oculta y periodistas infiltrados, mostraba cómo el personal de Husi usaba conscientemente carne de pollo que llevaba cerca de medio mes caducada y cómo reprocesaba distintos productos hasta que lograban burlar los controles sanitarios.

Un caso similar afectó a en 2012 a KFC en Shanghái, que estuvo vendiendo a sabiendas carne de pollo con excesivos niveles de antibióticos durante dos años.