La decisión de las autoridades británicas ha reabierto el debate ético sobre la clonación. Sus detractores señalan que un embrión, independientemente de su estado de desarrollo, es potencialmente una persona. Sin embargo, sus defensores, la mayor parte miembros de la comunidad científica, alegan que estos experimentos se llevan a cabo antes de que el embrión desarrolle ningún sistema nervioso y cuando no puede ser definido como ser humano.