Al menos 14 personas han muerto este viernes por la noche en el sudeste de Turquía por un terremoto de 6,8 en la escala de Richter. El epicentro del sismo se ha localizado en las regiones de Elazig y Malatya, dos de las provincias más pobres del país anatolio. Varias decenas de edificios, según el ministro de interior turco, Süleyman Soylu, se han derrumbado por el terremoto.

Por el momento, hay 55 personas heridas, a las que se podrían sumar muchas más, porque los trabajos de rescate bajo las runas continúan. La cifra de muertos también se multiplica por momentos.

Pido tranquilidad a todos. La gente que estamos trabajando aquí tiene mucha experiencia. En el sitio donde nos encontramos un pueblo de la provincia de Elazig, tenemos a dos equipos. Rezo para que podamos llegar a toda la gente de abajo el edificio. Ustedes recen, nosotros trabajamos, ha dicho un miembro de las fuerzas de rescate a la televisión turca .

Imagen desoladora

En las redes y en las televisiones turcas se han multiplicado las imágenes en las que se podía observar edificios completamente derruidos, además de escenas de pánico de los habitantes de Elazig y Malatya, e incluso algunas viviendas en llamas por el terremoto. También mostraban cómo los equipos de rescate sacaban de los escombros varios cuerpos sin vida.

Las autoridades regionales han pedido a los afectados que vayan a pasar la noche a recintos deportivos. No es para menos: las temperaturas, en estas regiones lejos del mar y muy altas en las montañas, llegan a las noches de invierno a los diez grados bajo cero. Este viernes por la noche el termómetro está a ocho bajo cero.

Las instituciones relevantes están tomando todas las precauciones necesarias para superar el terremoto y garantizar la pérdida del menor número de personas. He mandado a la región el ministro de Medio Ambiente y Urbanismo, al de Interior y al de Salud. Como presidente de Turquía, seguiré muy de cerca todo lo que está pasando. Le pido a Dios misericordia para nuestros hermanos que han perdido la vida, ha tuiteado Recep Tayyip Erdogan.

Zona sensible

Turquía está situada en medio de una zona de fallas tectónicas activas: los terremotos, en el país anatolio, son constantes, aunque rara vez mortales. Este último año, en Estambul, ha habido tres que, aunque de magnitud media, han hecho surgir el debate de si Turquía está preparada para un terremoto a gran escala.

Es casi evidente que no: muchos edificios, sobre todo los de barrios pobres y lejanos a los centros de la ciudad, son construidos sin seguir ninguna norma urbanística ni de seguridad o, directamente, por sus propios inquilinos. El sudeste de Turquía donde ha afectado este último terremoto, está lleno de este tipo de edificaciones básicamente porque la región es de las más pobres del país.

El sismo más devastador de las últimas décadas tuvo lugar en 1999, cuando un temblor de magnitud 7,4 sacudió la región del Mármara, a escasos kilómetros de Estambul, y causó unos 17.000 muertos y 43.000 heridos. En Elazig, en 1998, otro terremoto también de 6,8 causó la muerte de casi 500 personas.