Cambio de hora. Cambio de estilo de vida? Demasiado drástica parece la pregunta, aunque cierto es que en función de lo que finalmente decidan los gobiernos (si en un futuro a medio plazo nos cambiamos al horario de invierno para siempre o nos quedamos con el de verano), muchos ciudadanos no verán las calles de la misma manera cuando salgan de casa para ir a trabajar. Estas son las diferentes posibilidades que nos podemos encontrar a partir de tres parrillas horarias. Están basadas en la ciudad de Barcelona. En Madrid, por ejemplo, hay que tener en cuenta que amanece y anochece 22 minutos más tarde en el mes de octubre.

Si se mantienen los cambios de hora de invierno y verano...

Este modelo, aparte de ser al que estamos acostumbrados, permite aprovechar las horas de luz al máximo. Especialmente en verano, cuando se hace de noche pasadas las nueve. Otra de las partes positivas de este horario es que la entrada al cole (hablamos de educación infantil y primaria) se hace siempre con la compañía del Sol.

Si se fijara el horario de invierno...

Los más madrugadores tendrían más posibilidades de ver al astro rey de camino al trabajo. En los meses de verano, por ejemplo, amanecería antes de las seis de la mañana. Eso sí, peor lo llevarían los del turno de tarde, pues la oscuridad también avanzaría una hora y la salida del cole en algunos meses se haría a la luz de la luna.

Si se fijara el horario de verano...

Nos encontraríamos con una Barcelona en la que amanecería pasadas las nueve de la mañana en algunos meses. Esto es más habitual en Galicia, donde podría amanecer pasadas las diez con este cambio, pero no en la capital catalana.A cambio, por las tardes habría más horas de sol, especialmente en invierno.