Metro de Madrid ha decidido abrir a toda su plantilla los análisis médicos que estaba realizando a los trabajadores supuestamente más expuestos al amianto. Los exámenes preventivos de cáncer de pulmón o enfermedades respiratorias que en un principio había preparado para 917 empleados considerados en riesgo podrán extenderse ahora a las 6.980 personas que tiene en nómina, ya sea trabajando en talleres o trenes o ya en oficinas y dependencias de estaciones.

En una nota interna emitida por la División de Recursos Humanos, Metro de Madrid explica que toma la decisión «con objeto de dar respuesta a situaciones de inquietud y preocupación que pudieran suscitarse entre los trabajadores». La nota aclara que los exámenes médicos no serán obligatorios para el personal no incluido en lo que la empresa llama «procedimiento de vigilancia de la salud específica para el amianto».

Dado el tamaño del muestreo médico, Metro de Madrid va a licitar una contrata para externalizar todos los análisis. Las pruebas consistirán en una única consulta médica con exploración física, espirometría y placas torácicas de rayos X. Estas pruebas no están incluidas en el examen médico anual y ordinario al que se someten los empleados. Los sindicatos han pedido examinar a los empleados jubilados.