El Gobierno de Aragón no se plantea cerrar los prostíbulos, como ha solicitado la Ministra de Igualdad, algo que sí harán en Cataluña y en Castilla-La Mancha. Para Irene Montero se trata de una medida necesaria tras haberse detectado focos de coronavirus en varios burdeles de la geografía española y que han hecho saltar las alarmas. Sin embargo, en Aragón, «por ahora», no se lo plantean.

Conocer el número de clubs de alterne que hay en la comunidad es complicado porque las licencias de actividad son de lo más variado. Esto no solo dificulta que pueda ordenarse su cierre, sino que habría dificultades jurídicas para clausurarlos porque no existe una licencia con esa categoría, según fuentes consultadas.

Legalmente los prostíbulos suelen operar como restaurantes, bares de copas, hoteles o albergues, entre otros, por lo que las limitaciones a las que están sometidos son las impuestas por el Gobierno de Aragón en la hostelería y el ocio nocturno, por ejemplo.

Desde el Gobierno autonómico insisten en que no está en su agenda, aunque tampoco cierran la puerta a valorar la petición de la ministra de Igualdad. En la misiva enviada a las autonomías, Montero solicita a las comunidades que cierren los burdeles para evitar que sean focos de contagio donde, por otro lado, es muy difícil realizar un rastreo ya que las personas que acuden son, obviamente, recelosas de su intimidad.

RESTRICCIONES / Según Montero, habría que aplicar las mismas restricciones que se han seguido hasta ahora en los bares, discotecas y locales de ocio, otro de los puntos en los que se estaban produciendo focos de coronavirus importantes.

Sin embargo, uno de los problemas que se plantearía con esta decisión, según fuentes consultadas, sería su eficacia, ya que estas mujeres explotadas sexualmente podrían ser trasladadas a otros lugares, como apartamentos donde se desarrollará la actividad.

Uno de los recursos asistenciales de Cáritas en los que más se notaron las consecuencias de la pandemia fue el Fogaral, un centro que atiende a mujeres en contexto de prostitución y víctimas de trata con fines de explotación sexual. Solo durante el primer mes del estado de alarma realizaron 1.150 atenciones repartidas entre 164 mujeres, de las que 59 acudían por primera vez. Nunca antes habían acudido tantas para tratar de recibir una ayuda económica. Otro de los dramas que vivieron fue que muchas tuvieron que confinarse en los clubes o pisos donde ejercen, generando una gran deuda ya que tenían que seguir pagando la habitación semanalmente.

«Que no demos tregua a la explotación sexual, que no demos tregua a esa industria proxeneta que siempre permanece en la impunidad», expone en su carta la ministra.

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