En un gesto político sin precedentes, el ministro del Interior compareció ayer ante los medios de comunicación para ofrecer los datos de siniestralidad en la carretera. José Antonio Alonso explicó que 708 personas murieron en los meses de julio y agosto en accidentes de circulación. La cifra, que no incluye los siniestros urbanos, supone una reducción del 16% respecto al mismo periodo del 2003. Las estadísticas de la Dirección General de Tráfico (DGT) confirman que se trata del dato menos malo desde 1979. En los últimos 25 años, la cifra de fallecidos en verano siempre había sido superior a los 800.

Ningún otro ministro, ni del PP ni del PSOE, había comparecido ante la prensa para realizar un balance de la accidentalidad. El gesto de ayer no es baladí y responde al intento del Gobierno socialista de que la seguridad vial sea una "prioridad política". De hecho, Alonso repitió ayer por segunda vez un término que hasta ahora sólo ha sido esgrimido por los políticos de Francia --país que ha conseguido reducir drásticamente la mortalidad en las vías-- y las asociaciones de víctimas: "violencia en las carreteras".

MEJORA EL COMPORTAMIENTO A la hora de ofrecer un argumento que explique la reducción de la siniestralidad, Alonso hizo referencia al "mejor comportamiento" de los automovilistas y lo achacó a dos factores. El primero, el aumento de los controles de alcoholemia y velocidad. Y el segundo, las campañas de sensibilización. A estas consideraciones, el director general de Tráfico, Pere Navarro, añadió otra: "Por fin, la gente habla de la seguridad vial. Es un tema de debate que está en la calle".

La reducción de este verano, ocurrida a pesar de que se han registrado más movimientos, no es un hecho aislado, sino que refleja la tendencia a la baja de todo el año. Desde enero y hasta el 31 de agosto, la carretera se ha cobrado la vida de 2.694 personas, 335 menos que en el mismo periodo del 2003.

El ministro insistió en que todavía hace falta mucho para que España salga de los peores puestos de Europa en siniestralidad. Las estadísticas confirman que la guerra al alcohol está empezando a calar. Sin embargo, los conductores siguen pisando demasiado el acelerador. Este verano, el 3,24% de los conductores--es decir, 150.259-- fueron denunciados por correr más de lo debido, mientras que el porcentaje del año pasado fue del 2,8%.