El número de muertes anuales en Europa descendió durante la gran recesión del 2008 debido a la bajada de los niveles de contaminación y del número de accidentes laborales y de tráfico, que son los factores que "probablemente" tengan mayor impacto en el incremento de la caída de la mortalidad. Un estudio publicado en 'Nature Communications' y liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por La Caixa, pone de manifiesto que Europa viene experimentando una tendencia al descenso de la mortalidad que no se truncó durante la crisis económica.

Los investigadores analizaron los datos de mortalidad diaria y las variaciones registradas en el producto interior bruto (PIB) per cápita en 140 regiones de 15 países europeos entre los años 2000 y 2010. El análisis estadístico del conjunto de los datos no solo mostró una aceleración del descenso en la mortalidad durante el periodo de recesión, sino también reveló que los países y regiones con una recesión más profunda eran aquellos en los que más se acentuaba la bajada de la mortalidad.

Además de la contaminación y los accidentes, otros factores que han influido en el descenso de las muertes durante la crisis fueron el menor consumo de alcohol y tabaco y el descenso del sedentarismo y, con él, de la obesidad. "Aunque los mecanismos subyacentes todavía no están bien establecidos, hay estudios que apuntan a la influencia de factores como el estrés laboral o al hecho de que los hábitos saludables exigen un tiempo del que es más difícil disponer cuando se desempeña un empleo a tiempo completo", señala Joan Bataller, investigador de ISGlobal y primer firmante del artículo.

Esto probaría dos ideas. "Una, que el crecimiento económico a largo plazo [décadas] va asociado a una mejora de la calidad y esperanza de vida. Dos, que el actual crecimiento económico debería ser más sostenible para la salud de las personas", explica Bataller. "Vivimos en sociedades en las que la actividad industrial está muy relacionada con los hábitos de vida, algo que podría ser evitable si creciéramos de otra manera: con menos contaminación, si la gente dejara de coger tanto el coche, si dispusiéramos de más tiempo libre...", añade el investigador.

Según el estudio de ISGlobal, en España, donde la mortalidad antes de la recesión se reducía a un ritmo del 2% anual, el impacto de la recesión fue profundo, por lo que las muertes pasaron a reducirse a un ritmo de un 3% anual. Por el otro lado, en Alemania, donde la recesión fue corta y menos intensa, la reducción de la mortalidad pasó de descender a ritmo de 2,4% anual a solo un 0,7%. Aun así, "las recesiones en sí no son un factor deseable para impulsar el aumento en la esperanza de vida", insiste Ballester.

No obstante, diferentes estudios sí prueban que la salud mental de la población ha empeorado durante los años de crisis, así como que han aumentado el número de suicidios provocados por la recesión.