Los hechos e incidentes relacionados con cualquier tipo de intolerancia -racismo, xenofobia, antisemitismo, islamofobia, homofobia o aporofobia- son muchos menos en España en comparación con los vecinos europeos, pero se está detectando un aumento del discurso del odio, sobre todo a través de internet.

Este es el diagnóstico que hace Movimiento contra la Intolerancia, que ha presentado hoy en Zaragoza el Informe Raxen relativo a 2017, una monitorización de todos estos incidentes a lo largo del año, que arroja una cifra global de 601, un centenar más que en 2016, aunque recalcan que solo son detectados alrededor de un 10 por ciento de los casos reales, con lo que el número final se situaría en torno a los 6.000.

La Comunidad Valenciana -con 87 incidentes- lidera el ranking autonómico, seguida de Cataluña, Madrid, Andalucía y Castilla y León, mientras que Canarias y Cantabria son en las que menos casos de intolerancia se han detectado, solo cuatro en cada una.

El presidente de Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, ha señalado en rueda de prensa que las cifras españolas son diez veces menores a las de países como Reino Unido, considerablemente inferiores a las de Alemania o similares a las de Suecia a pesar de la diferencia de población.

Esto sitúa a España en "la zona de mayor tolerancia y aceptación por la diversidad", algo que la propia UE reconoce en ámbitos como la acogida de inmigrantes o la diversidad sexual, donde se dan políticas que son "difícil de encontrar" en otros países europeos, ha asegurado.

Sin embargo, ha denunciado que el mensaje del populismo xenófobo de la ultraderecha europea está siendo difundido también en España por organizaciones locales gracias a internet y que el activismo y la movilizaciones de estos grupos racistas o neonazis aumenta.

En este sentido, ha advertido especialmente sobre la falta de contundencia contra los grupos ultras que se instalan en los fondos de los campos de fútbol, que son actualmente "el vivero de la intolerancia extrema", y ha pedido que dejen de contar con cualquier tipo de apoyo por parte de los clubes.

De hecho, en el informe aparecen señalados grupos ultras de la gran mayoría de los clubes de primera y segunda división del país, así como graves incidentes violentos registrados en el fútbol base.

Ibarra ha alertado también de fenómenos como el antisemitismo, que no se proyecta porque la comunidad judía en España no es tan visible como en otros países, pero que se da en "proporciones considerables", sobre todo a través de las redes sociales.

Lo mismo ha dicho de la islamofobia, que comienza a ser "inquietante".

Por otro lado, ha aclarado que la violencia y la intolerancia van en múltiples direcciones, y ha puesto como ejemplo el asesinato de un hombre en Zaragoza por portar unos tirantes con la bandera nacional.

"Si polarizamos, el todos contra todos está garantizado", ha agregado.

Por ello, ha subrayado que "no vale todo" y ha avisado de que si no se detienen los delitos de odio, sobre todo en internet, la libertad de expresión va a degenerar en "libertad de agresión".

"En Europa aprendimos hace muchos años que la propaganda precede a la acción", ha manifestado, contraponiendo esta visión a la norteamericana, en la que prima la libertad de expresión sobre el resto.

No obstante, el presidente de Movimiento contra la Intolerancia ha confiado en que en un futuro estas conductas sean sancionables administrativamente y ha confiado en la tramitación en el Congreso de la proposición de ley de igualdad de trato para que actúe junto con la ley integral contra los delitos de odio.

En este sentido, ha indicado que el propio ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, le ha trasladado su voluntad de mejorar los informes y la política preventiva al respecto.

Tanto al Ministerio, que según sus datos reconoce hasta 1.400 delitos de odio anuales, como a los gobiernos autonómicos les ha reclamado prevención a través de sistemas de alerta temprana: ver la simbología del odio, donde se van moviendo determinados grupos y monitorizarlos, así como crear observatorios en todas las Comunidades Autónomas.

Por su parte, la consejera aragonesa de Ciudadanía y Derechos Sociales, María Victoria Broto, ha desgranado los datos de Aragón, que registró 26 incidentes de odio en 2017, frente a los 31 del año anterior, lo que la sitúa en noveno lugar, más o menos el que le correspondería por población.

La oficina contra la discriminación del Gobierno de Aragón, por contra, solo recibió 18 denuncias el año pasado, lo que para la consejera significa que hay que seguir instando a la ciudadanía a que denuncien cualquier tipo de discriminación.

Broto ha reivindicado leyes autonómicas como la de expresión de género, la de igualdad LGTB, la de derechos y deberes de las personas con discapacidad, la de igualdad entre hombres y mujeres, el plan integral de gestión de la diversidad cultural y la estrategia integral para la población gitana, así como el pago mensual del Ingreso Aragonés de Inserción para reducir la desigualdad, que favorece la aporofobia u odio a los pobres.

De los 26 incidentes registrados en Aragón en 2017, destacan los diez debidos a racismo o xenofobia y los tres a violencia ultra en el fútbol -uno de ellos protagonizado por los ultras del Real Zaragoza y del Osasuna