Un accidente de tráfico mortal en Vinaroz (Castellón) permitió ayer descubrir un importante alijo de droga. El caso se destapó después de que dos hombres, vecinos de esta localidad, fallecieran en un siniestro en la N-340. El monovolumen en el que iban las víctimas, de origen magrebí, transportaba 725 kilos de hachís y chocó contra un camión.

El siniestro se produjo a las 6.30 horas cuando el monovolumen Ford Galaxy, que circulaba en dirección a Valencia, invadió la calzada contraria y colisionó contra un camión.

En el choque perdió la vida el conductor de la furgoneta, A. B. A. B., de 44 años, y otro ocupante cuya identidad no había sido desvelada anoche, según fuentes de la Guardia Civil de Tráfico en Castellón. La Policía Judicial ha tomado las huellas dactilares del segundo fallecido para proceder a su identificación. El conductor del camión, J. D. P. M., de 30 años, resultó ileso.

Cuando la Policía Local de Vinaroz llegó al lugar del accidente, a unos cuatro kilómetros del núcleo urbano, observó numerosos fardos sobre los asientos. La Guardia Civil comprobó después que se trataba de 28 paquetes con un peso aproximado de entre 25 y 30 kilos cada uno.

El equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga se ha hecho cargo de la investigación y realiza gestiones para determinar el origen y destino de la droga, aunque algunas fuentes apuntan que el trayecto del transporte era corto, posiblemente los alrededores de Vinaroz, ya que la mercancía ni siquiera había sido escondida en el vehículo. Según fuentes de la investigación, el monovolumen había sido sustraído en agosto del 2003 en la localidad alicantina de Pilar de la Horadada.

REPARTO La distribución de hachís y de otras drogas es abundante en sitios como Vinaroz, Benicarló y Peñíscola, que concentran una gran actividad lúdica. Aunque no se ha determinado la procedencia del hachís, existe la hipótesis de que entraran en España por el delta del Ebro.