Tres presos de la cárcel de Módena (norte de Italia) han muerto en medio de una revuelta surgida como protesta por las restricciones impuestas por el Gobierno italiano en las prisiones en el marco de su plan para contener el coronavirus. La protesta de los reclusos se ha repetido en prisiones de todo el país, donde los internos han protagonizado escenas violentas, según han confirmado este lunes a Efe fuentes gubernamentales.

El motín en Módena comenzó contra las restricciones en el régimen de visitas impuestas por el Ejecutivo de Giuseppe Conte para tratar de contener la propagación del coronavirus, que ya suma en Italia 366 muertos y 6.387 contagiados, sobre todo en el norte del país.

Fuentes del Ministerio de Justicia han confirmado las tres muertes en Módena pero han apuntado que no está claro que estén directamente relacionadas con la revuelta. En dos de los casos no se han encontrado en los cadáveres señales de lesiones físicas, por lo que se teme que hayan muerto por el abuso de sustancias estupefacientes, y en el tercero el cuerpo fue hallado amoratado pero aún no se conoce la causa del deceso.

En su decreto, el Gobierno "recomienda limitar los permisos de libertad vigilada o modificar las disposiciones para evitar la entrada o salida de las cárceles". Ello incluye las visitas de familiares.

La protesta causó graves daños en el edificio, por lo que este lunes se ha trasladado a los reos a otras instalaciones. La delegación del Gobierno en Módena, en Emilia-Romaña, reúne este lunes un comité que investigará lo sucedido. El encuentro tendrá lugar por videoconferencia para evitar contagios.

Incidentes en Pavia y Nápoles

Lo sucedido en Módena no es un caso aislado. En las últimas horas los motines se han sucedido en las prisiones italianas. Uno de los incidentes más graves ha tenido lugar en la cárcel de Pavia, sofocada en la noche del domingo, donde los presos del centro de Torre del Gallo tomaron a dos policías como rehenes y liberaron a varios reos.

También ha habido protestas en las penitenciarías de Nápoles, Salerno, Frosinone, Foggia y Bari, en el sur, y también en las de Alessandria y Vercelli, ambas ciudades de las nuevas zonas aisladas por el Ejecutivo, en la región norteña de Piamonte.

En la prisión napolitana de Poggioreale, un millar de presos se amotinaron y causaron destrozos hasta inhabilitar por completo el ala derecha del edificio, animados desde fuera por sus parientes, denuncia la Organización Sindical Autónoma OSAPP en un comunicado. Los desperfectos suman "cientos de miles de euros" y la revuelta fue sofocada gracias a la intervención de cientos de agentes llegados incluso de otros lugares, explica el secretario del OSAPP, Leo Beneducci.