Un total de 650 personas perdieron la vida durante los once primeros meses del 2020 en accidentes de trabajo en España. La cifra de siniestros con víctimas mortales experimenta un leve incremento del 0,9%, marcado por el parón económico durante el primer estado de alarma y las restricciones a la movilidad que se han mantenido desde que comenzó la pandemia. Así lo constatan los datos actualizados este miércoles por el Ministerio de Trabajo, que presentan incrementos especialmente preocupantes en sectores como el agrícola, donde el índice de accidentes mortales ha aumentado el 79,8% en el último año.

Las restricciones económicas y el auge del teletrabajo implementados este año desde que comenzó la pandemia han dejado su efecto en las estadísticas de siniestralidad que registra la autoridad laboral. El número de víctimas mortales en desplazamientos hacia o de vuelta del trabajo disminuyó entre enero y noviembre del 28,1%, en comparación al mismo periodo del ejercicio anterior. Un desplome que contrasta con la siniestralidad al alza que se mantiene en los centros de trabajo. Los muertos durante el ejercicio de su actividad crecieron el 8,9% hasta noviembre.

Los niveles de incidencia de la siniestralidad, es decir, ponderando los accidentes con el peso laboral de cada sector en el total de ocupados, crecieron especialmente en el sector agrario. Los trabajadores dedicados al campo o la ganadería concentran el doble de registros mortales que los de la industria y diez veces más que los del sector servicios.

Este sector, que apenas ha sufrido parones durante la pandemia y que ha ganado afiliación en los últimos meses, ha visto como los índices de siniestralidad se disparaban. Estos han aumentado el 79% respecto del mismo periodo del año anterior, lejos del 21,5% de incremento en la industria o del 4% en los servicios. En la construcción, por el contrario, el índice de siniestralidad se ha visto reducido el 11,2%.