La explosión de material pirotécnico almacenado de modo ilegal en un anexo a una vivienda particular en Tui (Pontevedra) provocó ayer tarde la muerte de al menos una mujer, y otras 30 personas heridas. La gran onda expansiva causó importantes destrozos en casas de la zona, con 12 viviendas prácticamente derruidas y varias decenas más afectadas en una u otra medida, así como vehículos particulares y otras propiedades en un radio de al menos un kilómetro. El balance de víctimas y heridos era provisional, ya que los equipos de rescate no habían entrado a todas las casas.

En una comparecencia ante los medios en las inmediaciones del lugar de la explosión, el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, confirmó que no constaban personas desaparecidas, aunque a última hora el delegado del Gobierno, Santiago Villanueva, indicó que había una persona «que no está en la zona y que, en principio, debería estar».

Tras la explosión, agentes de la Guardia Civil detuvieron a un hombre, dueño de una pirotecnia situada a unos dos kilómetros del lugar de la explosión, por un presunto delito de homicidio imprudente y por estragos. Esta persona supuestamente almacenaba material pirotécnico en un anexo a una vivienda particular. El alcalde, Carlos Vázquez Padín, explicó que la pirotecnia había sido precintada hace un año por cuestiones urbanísticas.