La mujer de nacionalidad rusa que el pasado miércoles murió apuñalada por su marido, que también mató al hijo de ambos, de 8 meses, había sido atendida hasta en 13 ocasiones por los servicios sociales del Ayuntamiento de Málaga, ante los que dijo ser víctima de maltrato psicológico. Aunque nunca presentó denuncia, esta misma semana había tenido su último contacto a través del teléfono municipal del 010 de ayuda a mujeres maltratadas.

Irena, de 26 años, vivía sin papeles en España desde hacía dos años y tenía miedo de que si denunciaba a su pareja no podría legalizar su situación. Según relató a los servicios sociales, su compañero, un ucraniano de 38 años, tenía ataques de histeria cuando mezclaba con alcohol los medicamentos que tomaba para la epilepsia que sufría.

El homicida, Igor D., ha ingresado en un hospital con una fuerte crisis de agresividad y está bajo custodia policial. Los médicos que le atendieron han tenido que facilitarle medicación para tranquilizarlo debido a su estado, aunque se prevé que próximamente sea de nuevo trasladado por la Policía Nacional a los calabozos para que declare por la muerte de su mujer y su hijo.

REPULSA Según fuentes de la investigación, el parricida carece de antecedentes psiquiátricos en el hospital, aunque al parecer algún familiar afirmó que podía padecer esquizofrenia. Responsables municipales y representantes vecinales, mientras tanto, se concentraron ayer durante cinco minutos ante las puertas del ayuntamiento malagueño para mostrar su repulsa por el crimen que ha conmocionado a la ciudad.