L a muerte de un matrimonio de Vigo en el municipio de Leiro (Orense), ocurrida en la madrugada del pasado viernes, no fue un hecho accidental, como se pensó en un principio. La autopsia ha confirmado que el marido estaba muerto antes de que se produjera el incendio de la furgoneta y que su esposa falleció por asfixia a causa del fuego.

La Guardia Civil apuntó tras sus pesquisas iniciales que la furgoneta que conducía Enrique José Vidal Calviño, de 41 años, chocó contra un poste de la luz, lo que originó un incendio, y el hombre y su mujer, Emilia Pampillón, de la misma edad, fallecieron asfixiados.

Sin embargo, la furgoneta no presentaba ningún golpe en la chapa y los seguros estaban echados por dentro. La posición de los cadáveres era también extraña, por lo que las fuerzas de seguridad iniciaron una nueva vía de investigación.

La autopsia determinó que el hombre murió entre las doce y las dos de la noche, mientras la mujer falleció pasadas las tres. Luego se supo que Emilia había dejado una nota en el domicilio --donde residían con sus dos hijos-- en la que expresaba la intención de acabar con la vida de su marido y con la suya propia.

MARIDO INFIEL Al parecer, la mujer descubrió que su marido mantenía una relación con una empleada de una de sus tiendas de electrodomésticos y pretendía separase. Por ello decidió asesinarle y luego quitarse la vida. La policía maneja la tesis de que Emilia mató a Enrique, aunque no ha descubierto cómo, y luego se suicidó incendiando la furgoneta.

El Instituto Nacional de Toxicología analiza muestras de los cuerpos y de una botella de líquido inflamable, hallados en el lugar del suceso. Un hijo de la pareja, de 21 años, descubrió la nota la noche en que sus padres murieron. Acompañado de tres personas salió en busca de sus progenitores, pero no llegó a tiempo. Sólo pudo ver la furgoneta en llamas mientras la Guardia Civil intentaba apagar el fuego.