Los sonidos de la risa, las sombras de la vida, el amor eterno y sin límites... Todo brillaba "como un millón de soles" alrededor de John Lennon cuando escribió Across the universe, la composición que él mismo creía más bella y poética. Y el lunes, cuando se cumplan 40 años de su grabación, la canción se convertirá en la primera que la NASA envíe desde la Tierra al espacio profundo.

La idea nació de Martin Lewis, un historiador de los Beatles, que consiguió los permisos de Paul McCartney, Yoko Ono y las dos discográficas con derechos sobre la música de la banda de Liverpool. Y fue adoptada rápidamente por la agencia espacial de EEUU, que tiene sus propios motivos de celebración: se cumplen 50 años del lanzamiento de su primer satélite, el Explorer 1, y del nacimiento oficial de la agencia, así como 45 años de la creación de la Red del Espacio Profundo, el sistema internacional de antenas que apoyan la exploración del espacio.

DESDE MADRID Across the universe, en la primera de las cuatro versiones que grabaron los Beatles, ha sido cargada como un mp3, que se enviará desde el Jet Propulsion Laboratory de Pasadena (California), que gestiona la Red del Espacio Profundo, hasta un complejo de comunicaciones de esa red de la NASA en Robledo de Chavela, en Madrid.

A través de una antena de 70 metros de diámetro, la canción saldrá con destino a la estrella Polar, a 431 años luz de la tierra. Viajará a una velocidad de 300.000 kilómetros por segundo y para escucharla en el punto de destino harían falta una antena y un recibidor que la reconvirtieran en música (un sistema similar al que permite ver la televisión vía satélite). La hora de lanzamiento es la una de la madrugada en la España peninsular, y la NASA y los organizadores de la celebración mundial del aniversario de Across the universe sugieren que todo el mundo haga sonar a esa hora la canción.

Tanto Ono como McCartney han enviado mensajes de apoyo a la iniciativa. La viuda de Lennon ha interpretado el lanzamiento como "el principio de una nueva era en la que nos comunicaremos con miles de millones de planetas a través del universo". El hombre cuyo nombre aparece también en la firma de la canción ha mandado sus mejores deseos y la petición de enviar al espacio también un saludo especial. "Manden mi amor a los extraterrestres", ha escrito McCartney.

UNA AGENCIA MUSICAL No es la primera vez que la NASA expande las fronteras de la música, pero sí la primera ocasión en que trata de llevarla directamente hasta el espacio profundo. Desde que en 1965 envió Hello Dolly! al Gemini 6, la agencia ha mandado numerosas canciones a sus naves y astronautas en el espacio. Temas de los Beatles como Here comes the sun, Ticket to ride y A hard day´s night forman parte del repertorio que hace las veces de despertador musical para los astronautas. Y el propio McCartney, por ejemplo, cantó en noviembre del 2005 Good day sunshine en un concierto retransmitido en directo a la Estación Espacial Internacional.

90 MINUTOS MUSICALES La música fue, además, uno de los elementos incluidos por Carl Sagan y Frank Drake en el famoso disco de oro que la NASA envió al espacio en 1977 dentro del Voyager 1 y el Voyager 2, que en el 2006 abandonaron el sistema solar. En esa recopilación de sonidos e imágenes que intentan retratar la diversidad cultural de la Tierra se incluyeron 90 minutos de música, que abarcan desde composiciones de Bach, Mozart, Stravinski y Beethoven hasta Johnny B. Good de Chuck Berry, un canto nocturno de los indios navajos, El cascabel de Lorenzo Barcelata y un grupo de mariachis y percusión del Congo.

Además, la música del espacio también ha llegado a la Tierra. En el 2002, por ejemplo, Kronos Quartet presentó Sun Rings, una composición que se inspiró, e incluyó, en algunas de las grabaciones que durante 50 años recopiló Don Gurnett. Este físico de la Universidad de Iowa convirtió en sonidos las ondas grabadas por sondas como Voyager, Galileo y Cassini. Parece más que apropiado hablar de música celestial.