La agencia espacial estadounidense NASA alertó ayer de que los crecientes deshielos de la Antártida, como consecuencia del calentamiento global de la Tierra, están elevando el nivel de los mares y alterando el clima con efectos que podrían ser desastrosos en muchas zonas del planeta.

Los estudios llevados a cabo por el riguroso laboratorio JPL de la institución estadounidense confirman que desde el año 2002, cuando se fracturó la plataforma de hielo Larsen B en la península antártica, los glaciares se aceleraron con un aumento de sus corrientes y una disminución de su altura de hasta 38 metros.

"En sólo 15 años hemos visto un cambio drástico en 240 kilómetros de línea costera. Las consecuencias pueden ser peores si el cambio climático se desplaza al sur, donde los glaciares son más grandes", advirtió Tecd Scambs, del Centro de Estudios de la Nieve y el Hielo. Según este experto, las investigaciones demuestran que las plataformas de hielo frenan los glaciares y que el clima actual está más vinculado al nivel del mar de lo que se creía.

Según Karl Thomas, director del Centro Nacional de Datos sobre el Clima, 1999 fue el quinto año más caluroso desde mediados del siglo XIX. Añadió que el ritmo actual de aumento de la temperatura es de entre 3 y 3,5 grados centígrados por siglo. Esa variación en más de 100 años parecería ser insignificante, pero es muy alta si se considera que desde la última glaciación, hace entre 18.000 y 20.000 años, la temperatura aumentó apenas entre 2,7 y 5 centígrados.

DIVERSIDAD DE FENOMENOS Pero los problemas del calentamiento global se manifiestan en una diversidad de fenómenos meteorológicos que van desde el aumento de las corrientes eólicas, la alteración de los patrones del tiempo con sequías e inundaciones en muchas zonas, hasta la aparición de El Niño cada vez con mayor intensidad en los países de la costa del Pacífico.