Una generación de niñas sin un guion preestablecido e imparables. Este es el lema de Naciones Unidas para celebrar este año el Día Internacional de la Niña. El 11 de octubre es un día para visibilizar los logros alcanzados para las niñas desde la adopción de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing 1995 y la aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño (y de la Niña!) en 1990, admitiendo, al mismo tiempo, que los compromisos contraídos con las niñas están aún por cumplir.

Parece imprescindible a día de hoy celebrar también el papel fundamental que están desempeñando estos últimos años las jóvenes activistas para la defensa de los derechos de las niñas y las mujeres y de la justicia global. Es fundamental conmemorar su fuerza, resistencia y creatividad además de su capacidad de cuestionar estereotipos a través de su acción directa y presencia pública. Ellas representan nuevos ejemplos, transformadores e innovadores, de participación política y social femenina para las jóvenes de todo el mundo.

Pese a que a nivel político y de toma de decisiones es particularmente difícil lograr los objetivos de igualdad de género y equidad social fijados más de 20 años atrás, parece que las niñas han aprendido la lección más rápidamente. Muchas de ellas se han arremangado para ser activas promotoras de los derechos de una sociedad global harta de las desigualdades y de objetivos sin lograr. Mientras en las grandes cumbres internacionales (donde participan mayoritariamente hombres blancos que rondan los 60 años) no se consigue llegar a acuerdos beneficiosos para la ciudadanía y el medioambiente, y las grandes empresas tienen dificultades a dejar más control y gestión a las mujeres - solo el 5% de los CEO de las grandes empresas son mujeres, según ONU Mujeres - las niñas y las adolescentes toman iniciativas revolucionarias (en muchos casos no tienen nada que perder), hablan sin miedo y bajan a la calle para garantizar los derechos de sus compañeras y de sus comunidades.

Greta Thunberg es una de ellas. Conocida globalmente por sus discursos directos y sin edulcorante, ha sido capaz de despertar la conciencia de hombres, mujeres, niños y niñas, sobre temas que desde siempre se han considerado de ningún interés para la infancia, sobre todo para la infancia femenina. Desde Save the Children alertamos que 4 de cada 5 muertes o enfermedades atribuibles al cambio climático las sufren niños y niñas.

Y son muchas más las niñas que salen del guion y se proponen como lideresas globales y portavoces de los derechos humanos y de la igualdad de género. Otros ejemplos son Sophie Cruz (6 años) que en 2015 saltó los controles de seguridad para entregar al Papa Francisco una carta en la que pedía que su padre y su madre, inmigrantes indocumentados, no fueran deportados de Estados Unidos; Olga Misik (17) símbolo del movimiento pro-democracia de Rusia, por ser arrestada tras haber leído la constitución de su país durante una protesta por unas elecciones trasparentes; la londinense Amika George (18) promotora de la campaña #freeperiods contra la pobreza menstrual, asunto tabú en Europa y en todo el mundo que obliga muchas niñas y chicas a dejar de ir a clase cuando tienen la menstruación; o Payla Jangid, defensora de los derechos a la educación y lideresa del parlamento de la infancia en su pueblo de la India.

Muchas más chicas en el sur y en el norte del mundo siguen luchando, en algunos casos arriesgando su vida, para crear sociedades mejores, con iguales oportunidades para niños y niñas. Es importante hoy honorar estos nombres. Aunque en muchas ocasiones no aparezcan en nuestros periódicos, todas ellas están contribuyendo considerablemente al empoderamiento de las niñas. Estas jóvenes levantan la voz para denunciar discriminación y violencia de género, sensibilizan a las comunidades y, sin miedos, abogan los gobiernos para que los derechos humanos y los intereses de la infancia se tomen en cuenta en las decisiones políticas.

Con mirada crítica rechazan los mandatos sociales y roles de género que las quieren dóciles, calmadas, silenciosas, buenas y en casa; rompen con estereotipos limitativos y nos recuerdan como diría Simone de Beauvoir, mujer no se nace, se hace. Estas son las niñas de nuestras futuras generaciones, nuestras futuras lideresas que hoy celebramos y que seguiremos apoyando.

Desde Save the Children consideramos prioritario avanzar en la igualdad de género y el empoderamiento de las niñas y por eso nos comprometemos a asegurar que las niñas participen y se beneficien de igual manera que los niños en los programas que llevamos a cabo. Reconociendo que el cumplimiento de la igualdad de sus derechos es fundamental para el desarrollo positivo y sostenible, ponemos en marcha actividades específicas para acompañar y empoderar a las niñas y las mujeres abordando las causas raíz de las desigualdades y creando alianzas para fomentar entornos que promuevan la igualdad de género en nuestras comunidades.