La crisis hará mella en los niños que la sufren cuando sean adultos. Es algo que vienen advirtiendo los sociólogos y que ahora concluye un informe de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria, que alerta de los efectos que tendrá en el futuro de los menores haber conocido la dificultad económica actual.

El informe avisa de que los tres primeros años de vida de una persona son fundamentales para el desarrollo posterior, y que toparse en esa etapa con dificultad para acceder a alimentos y vivir en un hogar marcado por la falta de recursos económicos amenaza con traducirse en enfermedades a largo plazo.

Enfermedades cardiovasculares y diabetes, por un lado, y demencia y depresión, por el otro, son algunos de los riesgos señalados. Aparejado a ello aparecen amenazas más obvias: el menor de un hogar en crisis tiene más problemas para acceder a una educación de calidad, lo que también le dará menos oportunidades al acceder al mundo laboral.

Las editoras del informe, en cuya elaboración han participado 65 profesionales de varios sectores, son la economista Inma Cortés y la médica Beatriz González. Ambas reclamaron que sea la administración, con recursos públicos, quien se encargue de afrontar problemas como la malnutrición. "Ese no es el camino", dijo Cortés sobre el hecho de que esa lucha recaiga de forma mayoritaria en las entidades sociales.