Los sucesos ocurridos en la tarde del jueves en Elche han vuelto a poner sobre la mesa diversas cuestiones.

En primer lugar, la de las consecuencias que se derivan de la globalización en los sectores industriales intensivos, en especial sobre el empleo de mano de obra poco cualificada.

En segundo lugar, nos encontramos ante otra constante: la de ver quiénes son los que siempre acaban sufriendo las peores consecuencias de los procesos de reconversión, sobre todo la industrial.

En tercer lugar, puede añadirse la reflexión sobre cómo, en estas situaciones, se puede llegar a manipular desde el anonimato los sentimientos y hacer que afloren de inmediato comportamientos xenófobos al atribuir culpabilidades a quienes no la tienen.

Ninguna de las causas apuntadas puede considerarse que son una cuestión nueva. Precisamente por ello resulta lamentable que se repitan situaciones que debieron evitarse.

*Inspector de Trabajo.