Tan decepcionante como sorprendente. El movimiento feminista no dio crédito ayer al conocer que el Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) ratifica el delito de abuso sexual (sin violencia ni intimidación) y los nueve años de cárcel para los miembros de La manada por los hechos ocurridos en las fiestas de San Fermín del 2016. Los magistrados se reafirman en lo que ya decretó en su día la Audiencia Provincial: no hubo violación. En esta ocasión, sin embargo, hay dos magistrados (de los cinco que forman el tribunal) que han emitido un voto particular porque consideran que sí hubo coacción y que los acusados tendieron una encerrona a la víctima. El colectivo feminista aplaudió los dos votos particulares y se mostró convencido de que el Tribunal Supremo sí decretará que hubo violación.

«Resulta sorprendente que el tribunal no haya reflexionado sobre por qué hubo semejante reacción social con la anterior sentencia», criticó Altamira Gonzalo, vicepresidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis. En su opinión, urge que el Gobierno modifique el Código Penal (algo que ya está en marcha) para que las relaciones sexuales no consentidas sean siempre calificadas como delito de violación, algo que ordena el Convenio de Estambul, firmado en el 2011 y al que España se sumó en el 2014 (actualmente lo han ratificado 33 países).

La representante de Themis insiste en que nadie cuestiona la pena impuesta a los agresores: nueve años de cárcel. «Lo que criticamos es la calificación jurídica de los hechos. Supone una banalización absoluta», concluyó.

Como la sentencia no es firme -cabe recurso de casación ante el Tribunal Supremo-, Gonzalo admitió la posibilidad de que los cinco agresores continúen en la calle, algo que tiene que decidir la Audiencia de Navarra en breve. «Con dos sentencias condenatorias deberían entrar en la cárcel, pero ¿qué pasará?», se preguntó. La vicepresidenta de Themis destacó que el punto positivo de la sentencia son los votos particulares. «Esperamos que tanto la fiscalía como la víctima, si es que le quedan fuerzas, recurran ante el Supremo y este sentencie que hubo violación». Gonzalo, además, criticó que la sentencia se diera a conocer en víspera del puente de la Constitución, con el objetivo de «pillar a la población desprevenida y con la maleta hecha».

Para Yolanda Besteiro, presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas, es inexplicable que los jueces del TSJN no hayan visto lo que cualquier ciudadano ve: la intimidación de los cinco miembros de La manada sobre la víctima. «Por número, por complexión, por el espacio en el que estaban… por todos estos motivos está claro que hubo agresión y violación», explicó.

MENSAJE DEVASTADOR / A su juicio, el mensaje que deja la sentencia a toda la sociedad es «devastador». «Siempre se culpabiliza a la víctima, que si iba sola a altas horas de la madrugada, que si vestía de tal manera, que si había bebido, que si no se opuso con violencia para defender su honra, que si iba provocando... Y sobre ellos, los agresores, que si son buenos chicos, buenos hijos y que solo se pasaron un poco con la juerga», destacó. Besteiro insistió en la importancia de cambiar el discurso social para no tener que enseñar siempre a las víctimas a protegerse sino enseñar a los varones simplemente a no violar.

La socióloga Gemma Altell consideró que la víctima está sufriendo la violencia estructural del sistema. «Los magistrados que han negado la violación deben desconocer el proceso psicológico de las víctimas, que en la mayoría de los casos tienen una única forma de sobrevivir: no defenderse», explicó Altell tras indignarse con el hecho de que sea la joven la que tiene que probar su inocencia, algo que no sucede con otros delitos.