- Un manifiesto suscrito por 33 alcaldes de todo el mundo, entre ellos el de Zaragoza y otras ocho ciudades españolas, y publicado por la web del Consejo de Europa pidió hoy políticas de integración para que los refugiados de hoy puedan convertirse mañana en ciudadanos.

El escrito, titulado "Refugiado hoy-¿ciudadano mañana?", pide que se escuche la voz de las ciudades, ya que no sólo pueden hacer el debate más constructivo, sino también "contribuir a forjar políticas que vuelvan a conectar con la solidaridad y la cohesión social".

Los nueves alcaldes españoles firmantes son los de Bilbao, Zaragoza, San Sebastián, Castellón, Fuenlabrada, Cartagena, Getxo y Salt, así como el presidente del Cabildo de Tenerife.

La mayoría de los firmantes son alcaldes europeos de ciudades de Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Grecia, Ucrania, Portugal, Noruega y Chipre.

También lo suscriben representantes municipales de Minnesota (EE UU) Hamamatsu (Japón), Ciudad de México (México) y Melton (Australia).

España es el país más representado en el manifiesto, por encima de Italia (Turín, Bari, Reno, Reggio Emilia y Senigallia), Portugal (Lisboa, Braga, Feira, Oeiras y Loures) y Ucrania (Vynnytsia, Pavlograd y Lutsk).

El manifiesto recuerda que la mayoría de los demandantes de asilo y los refugiados están en barrios, parques, empresas, hospitales y escuelas y "tienen necesidades, responsabilidades y aspiraciones".

Aseguran que los alcaldes se deben "a la asistencia que necesitan los recién llegados y a la prosperidad y al bienestar de toda la comunidad". Ante ello, dicen, "debemos encontrar un medio de conciliar las dos".

"No nos podemos permitir el compromiso por luchas políticas a corto plazo y olvidar la perspectiva a largo plazo", aseguran, ya que su intención es "preparar el terreno para que los refugiados de hoy se conviertan mañana en ciudadanos".

El reto de los regidores está claro: "Lograr convencer a nuestros conciudadanos de que los inmigrantes no son una amenaza, sino una oportunidad de construir ciudades más integradoras, abiertas, creativas y dinámicas para todos".

Añaden que para que la integración sea satisfactoria "no puede basarse en el rechazo y el miedo" y reclaman que los obstáculos jurídicos o administrativos no les impidan trabajar, estudiar o aprender la lengua del país.

Así, apuestan por la red de ciudades interculturales apoyada por el Consejo de Europa, con el objetivo de "construir escuelas, barrios e instituciones comunitarias más diversas, prevenir la discriminación y luchar contra el extremismo violento y el odio"