Los cadáveres de al menos nueve personas, la mayoría niños y una o dos mujeres jóvenes, y una decena de ataúdes vacíos fueron descubiertos ayer en una vivienda de la ciudad de Fresno, en California (EEUU). Un portavoz policial afirmó que el asesinato masivo parece vinculado a una disputa familiar, probablemente por motivos de custodia, aunque tampoco se descarta una relación con alguna secta. Aunque los detalles del suceso eran ayer confusos, el diario local Fresno Bee informó de que el principal sospechoso, un hombre de 57 años que fue detenido, es el padre de los niños y el marido o exmarido de las mujeres.

Los investigadores acudieron al lugar alertados por varios vecinos, quienes declararon haber oído disparos. Al llegar se encontraron con un hombre atrincherado, de nombre Marcus Wesson, que al parecer retenía a varios niños en el interior de su vivienda. El jefe de la policía, Jerry Dyer, informó de que el sospechoso se negaba a salir.

ENTRELAZADOS CON SABANAS Pasadas dos horas, el individuo se rindió y se entregó al equipo especial policial que había acordonado la vivienda. Según varios testigos, el presunto responsable de la matanza iba con la ropa ensangrentada. Las autoridades dijeron que no escucharon disparos ni ningún otro ruido extraordinario mientras aguardaban la rendición.

Pocos minutos después, durante una inspección en el interior de la vivienda, fueron descubiertos los nueve cadáveres. Todos aparecieron en el mismo dormitorio, cubiertos bajo un montón de ropa y algunos con signos evidentes de disparos. Además, parece que algunos de los cadáveres estaban atados entre ellos con sábanas.

El jefe de los investigadores locales afirmó que podría tratarse de una "especie de ritual". La policía investiga si el acusado formaba parte de algún tipo de secta. También aparecieron, pero en otra habitación de la casa, una decena de ataúdes vacíos.

CONFUSION Pese a la confusión, parece que entre los fallecidos hay seis o siete niños de menos de 10 años, algunos de los cuales eran bebés. Las mujeres tendrían 17 y 20 años. "Creemos que la mayoría de los fallecidos eran hijos del sospechoso", dijo Jerry Dyer. Algunos de los policías necesitaron asesoramiento psicológico.