ESPAÑA es el primer país europeo en comercializarlo. El producto está subvencionado por la Seguridad Social, con lo que las usuarias sólo tendrán que pagar el 40% del importe, cercano a los 162 euros (alrededor de 26.955 pesetas). Mediante una incisión que requiere anestesia local, se implantan unas varillas bajo la piel del brazo que inhiben la ovulación durante cinco años. La mujer recupera la fertilidad a las dos semanas de su extracción.