La misteriosa furgoneta blanca que pudo llevarse al pequeño Gabriel, el niño desaparecido en Hortichuelas (Níjar, Almería), no fue vista solo por un vecino de esta barriada. También la avistó una vecina cuya casa se encuentra en el vértice del edificio donde desemboca el camino que lleva de la casa de la abuela. Con una diferencia: la mujer la vio enfilar la senda una hora antes de la desaparición, quizás merodeando, esperando el momento oportuno para llevarse al niño.

La furgoneta tiene que ser la misma. Pequeña, de color blanco sin ningún distintivo, sin vaca y con un portón grande. Ni uno ni otro testigo la reconocieron como propiedad de ninguno de los habituales de la zona. Y ambos los conocen porque son de los pocos que viven ahí todo el año. La vecina la vio internarse por el camino muy lentamente hasta casi la altura de la casa de Puri Carmen, la abuela.

A diferencia de su vecino, la mujer no se fijó en la hora que era pero recuerda que luego entró en su casa porque tenía la comida en el fuego. La hora en que contempló la escena no podía ser la de la desaparición porque come bastante antes de las tres. Podría ser en una franja horaria de entre las 14.15 y las 14.45, lo que significaría que el hipotético secuestrador estaba al acecho.

La nueva testigo no había contado a la Guardia Civil el dato. Su intención era hacerlo este jueves sin demora, tras percatarse de la importancia que podría tener, aunque su visión de la furgoneta tuviera lugar bastante antes del momento del más que probable rapto.

En los últimos días, los testigos directos que vieron a Gabriel salir de su casa han precisado un poco más la hora en que lo hizo a partir de las llamadas telefónicas que se realizaron en este momento. Parece que fue un poco más tarde de las 15.30 horas de las que se estaba hablando. El pequeño se había entretenido jugando en el jardín y luego con un alambre de la puerta de la entrada a la finca. Alrededor de las 15.45, minuto arriba, minuto abajo, fue cuando le dijo a su abuela: «me voy». Y ella lo vio asomando su cabecita por la valla hasta la palmera que se levanta al final de la finca.

Fue en ese momento en que el vecino que vive en la calle Mayor, a unos 50 metros del cruce del camino con la entrada de carretera al pueblo, vio como la furgoneta ponía el intermitente, paraba un poquito y enfilaba hacia la Molina, que es como se conoce en el pueblo la casa de Puri Carmen.

También fue en ese momento cuando Consuelo, la vecina que vive a unos 30 metros del camino pero separada visualmente del mismo por su huerta de olivos y naranjos, oyó el fuerte portazo de un coche.

MANIFESTACIÓN DE APOYO

Mientras los vecinos de Hortichuelas ponen en común sus recuerdos de ese fatídico 27 de febrero, los padres de Gabriel, Patricia Ramírez y Ángel Cruz, preparan junto a las instituciones locales lo que se espera sea una gran manifestación de apoyo y solidaridad en la ciudad de Almería. Empezará las doce en la Puerta Purchena, el centro neurálgico de la capital, y recorrerá el emblemático paseo de Almería.

Para quienes no puedan asistir a la marcha, la familia de Gabriel ha lanzado una emotiva iniciativa. Han llamado a todos los ciudadanos de España a colgar dibujos de pescaítos en puertas, balcones y ventanas y a inundar las redes sociales con ellos, en las fotos de perfil de whatsapp y facebook. «A Gabriel le entusiasma desde pequeñito todo lo relacionado con los peces, se sabe el nombre de cientos de ellos, desde hace mucho tiempo, casi desde que empezó a hablar», señalan los padres, que esperan que cuando «venga» puede contemplar todos esos pescaítos dedicados a él.

Los padres mantienen la esperanza de encontrar vivo a su hijo. También se mantiene la falta de novedades de la investigación. Desde el pasado sábado que se encontró la camiseta, algo que animó a los progenitores, no ha habido ni una solo avance en la búsqueda.