Al poco de conocerse la decisión del Consejo de Ministros, la Conferencia Episcopal Española difundió un comunicado en el que reiteraba sus postulados abiertamente contrarios a la legalización de las uniones gays. Los obispos califican la reforma introducida en el Código Civil de "propuesta errónea e injusta" y advierten de que "dañará, sin duda muy seriamente, el bien común".

La cúpula de la Iglesia española considera, además, que equiparar las uniones homosexuales a los "verdaderos matrimonios" es introducir "un peligroso factor de disolución de la institución matrimonial y, con ella, del justo orden social". Los prelados, en su afán por desacreditar la reforma, llegan a afirmar que se trata de "un nuevo sistema legal contrario a la razón" y a vaticinar que "si esta legislación se llevara adelante, abandonaríamos la sabiduría humana y jurídica de toda la humanidad".

El secretario general del PP, Angel Acebes, se añadió a las críticas de los obispos tachando la reforma de "disparatada" y amenazó con acudir al Constitucional. "A lo mejor no entra en vigor si el Constitucional dice antes que no se adapta a la Constitución", afirmó. Acebes dijo que antes de interponer un recurso el PP esperará a que se introduzcan "correcciones". Según el exministro, lo aprobado va "contra la sensibilidad de la inmensa mayoría de españoles".