El consejero de Sanidad del Gobierno aragonés, Ricardo Oliván, convocó ayer de urgencia a las altas esferas de la comunidad sanitaria para repasar y comprobar el protocolo de actuación ante la detección de posibles casos de ébola, algo que la Administración considera "poco probable".

En total, unas 30 personas acudieron al encuentro, en el que, además de Oliván, estaban, entre otros, el gerente del Salud, Ángel Sanz, el director general de Salud Pública, Francisco Sancho, los gerentes de los nueve hospitales de la comunidad y los directores de enfermería o Atención Primaria. En la reunión se repasó lo realizado cuando, el pasado verano, se detectó un caso sospechoso que, finalmente, resultó ser malaria. "Todo está preparado en caso de que haya que activarlo", resumieron desde la Administración.

Así, Aragón cuenta con alrededor de 500 trajes de protección repartidos por todos los centros sanitarios de la comunidad. La mayoría de centros de salud dispone de tres --salvo algunos en los que hay solo dos--, mientras que cada hospital cuenta con 12 a excepción del Royo Villanova y Miguel Servet, que disponen de 50 al haber sido designados hospitales de referencia.

El director de Salud Pública, Francisco Sancho, subrayó que Aragón cuenta con "uno de los mejores sistemas sanitarios" y unos profesionales "muy cualificados que van a responder como asistenciales a cualquier incidencia que se pueda dar".

Sancho incidió en que "tanto en España como en Aragón tenemos un protocolo establecido que es internacional y funciona perfectamente" y recordó que hace un par de meses hubo en la comunidad un caso sospechoso en el que se utilizó ese protocolo y funcionó "correctamente".

Asimismo, expuso en que el ébola es una enfermedad contagiosa que se transmite "por contacto directo", lo que da "cierta tranquilidad" y añadió que el consejero, Ricardo Oliván, instó a los servicios asistenciales del Salud y a los de Salud Pública a tener una coordinación "más intensa" entre los dos estamentos de la consejería.