El confinamiento y la ralentización de la economía causados por el covid-19 producirán una reducción de emisiones de dióxido de carbono del 6% en 2020, según la Organización Meteorlógica Mundial (OMM), parte de Naciones Unidas.

Esta estimación la dio ayer su director general, Petteri Taalas, en una rueda de prensa virtual, en ocasión del Día Mundial de la Tierra, que llegó este año a su cincuantena edición.

La reducción sería superior a todas las registradas hasta ahora en la historia, incluyendo la mayor, asociada a la Segunda Guerra Mundial. Estimaciones anteriores habían identificado un rango entre un 2% y un 6%.

Sin razones para el optimismo

Sin embargo Taalas dejó claro que esta bajada no es de por sí un motivo para el optimismo. En primer lugar, incluso con la excepcionalidad de la covid, la reducción sigue por debajo del 7.6% anual necesario para cumplir con el Acuerdo de París, según estimaciones de Naciones Unidad.

De hecho, esta reducción de emisiones no ha sido suficiente para que se redujera al mismo tiempo la concentración total de CO2 en la atmósfera, dado que este gas de efecto invernadero se acumula en ella durante siglos. En los observatorios de Mauna Loa, Cape Grim y Tenerife, la concentración de CO2 era superior en marzo de 2020 a la registrada en marzo de 2019.

En segundo lugar, Taalas alertó de que podría haber un repunte de emisiones después de la crisis, en 2021. "Lo más probable es que volvamos a lo normal el año que viene y podría haber incluso un crecimiento", constató.

Por ello, Taalas llamó a tener contra el cambio climático "la misma determinación y unidad" que se ha tenido con el covid. "Tenemos que aplanar tanto la curva de la epidemia, como la del cambio climático", afirmó.

Paquetes de estímulo verdes

La OMM Mundial apuntó en un comunicado que esto se puede alcanzar con paquetes de estímulo de la economía que ayuden a la transición hacia una economía verde.

"Que ni parando nuestra vida diaria hayamos alcanzado la reducción de emisiones necesaria por los acuerdos de país nos dice algo: que el problema principal son las emisiones estructurales del sistema económico", observa Andreu Escrivà, ambientòlogo y divulgador. A Escrivà le preocupa que China piense salir de la crisis con más centrales de carbón.

Aplazar la cumbre del clima de Glasgow (prevista inicialmente para noviembre de 2020), en lugar de celebrarla de forma virtual, es otra señal negativa, según Escrivà.

Escrivà insiste que sería equivocado transmitir la idea que la lucha contra el covid y la contra el cambio climático se hacen con las mismas herramientas. "Si damos la idea que una sociedad compatible con el clima es una que está encerrada en casa, será un mensaje equivocado", afirma.

Un buen ejemplo es la ciudad de Milán, que ha anunciado que apostará por ampliar su carriles bici para conciliar transporte, distanciamiento y ecología.