El Vaticano ha violado la Convención Internacional contra la Tortura "al menos 50 veces". Es decir, en los casos en los que hay constancia de que "fue informado sobre los abusos sexuales de eclesiásticos a menores e ignoró las acusaciones".

El Comité de la ONU contra la Tortura, con sede en Ginebra, publicó ayer su informe final sobre los casos de pederastia en la Iglesia, introduciendo un aspecto jurídico destinado a suscitar polémicas legales que señala la responsabilidad del Vaticano sobre todos y cada uno de sus religiosos esparcidos por el mundo.

La censura se produce cuatro meses después de que el Comité de la ONU para la Aplicación de los Derechos del Niño también condenase a la Santa Sede por "el código de silencio impuesto a todos los miembros del clero, bajo la pena de excomunión, por lo que difícilmente han sido referidos a las autoridades judiciales" los casos de abusos. El Vaticano respondió entonces que en algunos párrafos del informe veía "tentativas de interferir" en sus "enseñanzas".

"CONTROL EFECTIVO" El Comité contra la Tortura explica ahora que "el Vaticano no es responsable de todas y cada una de las violaciones cometidas por cualquier cura", pero sí que "ha violado la convención en los casos en que fue informado de abusos e ignoró las acusaciones, y eso, que se sepa, ha pasado al menos unas 50 veces". Por lo que una de las conclusiones del informe es que la responsabilidad vaticana no se limita a su territorio, sino que comprende también los abusos cometidos en otros estados, en el caso de que el Vaticano "ejerza un control efectivo" sobre el autor.

Para aclarar el concepto, el informe explica que por "control efectivo se entiende que el Vaticano supiera del caso, fuera informado y no actuara, o fuera informado y ordenase trasladar al