Los osos pardos actuales son carnívoros bien diferentes al resto de predadores ya que empiezan la secuencia de consumición despellejando a los cadáveres, lo que no se había observado en otros animales, según un estudio que ahonda en las pautas carnívoras de estos ejemplares, hasta ahora poco conocidas.

Esta es una de las conclusiones de un trabajo que se publica en la revista Plos One en el que han participado científicos del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (Iphes), la Universidad Rovira i Virgili (URV), la Universidad Complutense de Madrid, la de Wiskonsin (EEUU) y el Museo de Gibraltar, entre otros.

Los osos son conocidos por sus hábitos cavernarios, sobre todo los relacionados con su hibernación (que hacen que sean muy comunes en los yacimientos arqueológicos más antiguos), pero no lo son tanto por su comportamiento, sobre todo como carnívoros, debido a la dificultad de acceder a ellos.

Este trabajo avanza en este sentido y servirá además de "guía" para estudiar y comprender restos prehistóricos, según sus autores.

Para llevar a cabo este estudio, los investigadores realizaron un seguimiento a varios osos del Pirineo de Lleida (desde 2010).

Para ello, y con ayuda de los Equipos de Seguimiento de l'Ós Bru del Conselh Generau d'Aran i del Pallars Sobirà, se colocaron cámaras con sensores de movimiento en los cadáveres que sirvieron como alimento a los osos, para seguir el proceso de consumición.

Gracias a este seguimiento, los investigadores constataron que los osos empiezan la secuencia de consumición despellejando los cadáveres, "un fenómeno que no se había observado entre ningún otro carnívoro", ha señalado Jordi Rosell, del Iphes y de la URV.

"Inician el proceso abriendo en canal el cadáver y consumen las vísceras después de retirar la caja torácica y fracturar las costillas, abandonando el resto de carne", ha relatado a Efe Rosell, quien ha dicho que si muerden carne es sólo del trasero y hombros.

Estos resultados, ha continuado, muestran a los osos como unos carnívoros bastante diferentes de los demás, lo cual podría estar relacionado con su fisiología -prácticamente tienen manos- y sus hábitos omnívoros, ya que no dependen exclusivamente de la carne.

Rosell ha explicado que después de hacer este trabajo están en condiciones de comprobar si el comportamiento observado en los osos pardos actuales se reproduce en las especies del pasado.

Y es que en muchos yacimientos se ha intuido su presencia a partir de mordiscos en los huesos de otros animales.

"Queremos saber cómo identificarlos en yacimientos y diferenciarlos de otros animales, y este trabajo servirá para eso".

Además, según Rosell, también se podría comprobar el comportamiento caníbal que se les achacaba: muchos morían en los períodos de hibernación en las cuevas y los que sobrevivían se piensa que podían morder a 'sus compañeros', pero estas marcas pueden ser también de otros animales, por ejemplo las hienas.

Algunos ejemplos de la Península Ibérica donde los resultados de este estudio pueden ser aplicados son los yacimientos de atapuerca (Burgos) o la Cova de les Llenes (Pallars Jussá, Lérida).