La joven de 17 años Marine Eraville se ha convertido en la tercera víctima del sarampión en Francia desde noviembre del 2017. Su caso se une al de una paciente de 26 años y una madre de familia de 32 que no se habían vacunado nunca y ha reabierto el debate sobre las vacunas coincidiendo con la decisión del Gobierno francés de usar la vía reglamentaria para aumentar la cobertura. Si hasta ahora tres vacunas eran obligatorias y otras ocho recomendables, todos los bebés nacidos a partir de enero de este año deberán someterse a 11.

El objetivo de las autoridades sanitarias del país vecino es alcanzar, como ocurre en España, un nivel de cobertura del 95% en las personas de riesgo para garantizar la inmunidad grupal, como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMSC).

Actualmente, la tasa en Francia varía entre el 62% y el 88% en función del departamento cuando se trata de administrar la segunda dosis, la que garantiza la inmunidad frente a determinadas enfermedades. Marine Eraville había recibido un trasplante de corazón hace dos años y a principios del 2018 inició un tratamiento que debilitó sus defensas e impidió su vacunación.

El pasado 6 de julio falleció en el hospital de Burdeos al no poder superar las complicaciones neurológicas ligadas al sarampión, que en condiciones normales se supera en un periodo de dos o tres semanas.

En los últimos diez años se han producido en Francia 23 muertes debido a esta enfermedad altamente contagiosa que según la OMS aumentó en un 400% durante el año 2017 en los países europeos. En concreto en Francia, esta enfermedad tuvo un pico epidémico entre el 2008 y el 2012 y llegó a afectar a 24.000 personas.

La muerte de Eraville, atleta que participó en los Juegos Mundiales de Trasplantados, ha avivado en las redes el debate contra el actual movimiento antivacunas tanto en Francia como en España.