El padre de Rosa Peral, Francisco Peral Fernández, ha salido en defensa de su hija este martes en el juicio del ‘crimen de la Urbana’ y ha rectificado la declaración que hizo inicialmente ante los Mossos. Según su nueva versión, la persona a la que vio el mismo día del crimen no era Pedro, la víctima, sino un vecino. “Yo pensaba que era él, pero Rosa me dijo luego que era un vecino”, ha afirmado ahora el testigo.

El día anterior a los sucesos, el 1 de mayo del 2017, los Peral habían pasado el día en familia. En su declaración, el padre de la acusada ha explicado que la víctima "se encontraba normal" y no hubo ninguna discusión con Rosa. Tanto ese día como los posteriores vio a su hija como siempre, solo recalcó que el día 2 de mayo (el día del crimen) Rosa le comentó que Pedro se había enfadado y se había marchado de casa pero no pidió más explicaciones. Esa misma tarde, Francisco Peral explica haber visto un coche rojo en la puerta de la casa de su hija en Vilanova. “Era un coche rojo que aceleraba mucho”, según le había comentado alguien que no recuerda. Era el coche de Albert, el otro acusado en la causa. El padre afirma que nunca había visto a Albert en su vida.

En la primera versión de su declaración había reconocido ver a la víctima la noche en la que falleció, pero ha rectificado ante los Mossos y el jurado. “Me equivoqué”, ha admitido. Según le dijo Rosa, había visto a un vecino y no a Pedro. No hubo más contacto con ella. El único día en el que vio que su hija estaba hundida fue el 4 de mayo cuando una compañera de la Guardia Urbana le comentó que habían encontrado el cadáver de Pedro dentro del maletero de un coche.

Francisco Peral ha relatado que Pedro y Rosa tenían previsto un viaje a Sevilla programado para la semana siguiente de los sucesos y un crucero contratado, una situación normal que no daban indicios de que pudiera haber algún conflicto entre ambos.