Los padres de Mar Contreras, la joven de 21 años que murió el jueves de un disparo en un campo de tiro de Las Gabias (Granada), donde también falleció de otro disparo su exnovio, reclamaron ayer que «salga la verdad», convencidos de que no fue un accidente, sino un asesinato premeditado a manos de su expareja. Lo hicieron durante una concentración celebrada esta tarde en la céntrica plaza del Carmen de Granada con la asistencia de, según la Policía Local, medio millar de personas entre familiares, amigos y compañeros de la joven, que exhibieron pancartas de apoyo en las que también mostraron su rechazo a la violencia de género.

A falta de que la Guardia Civil concluya la investigación de lo ocurrido y determine de forma oficial si se trata de un caso de violencia machista o de un accidente con posterior suicidio del chico, de 24 años, tanto el padre de la joven, Herminio Contreras, como la madre, María del Mar Chambó, incidieron ayer en que lo ocurrido «en ningún caso fue un accidente» y en que «el asesino sabía muy bien lo que hacía».

Por ello, entienden que una manera de hacer «justicia» sería que la investigación, a punto de cerrarse, concluyera que así fue, explicó a los periodistas el padre de la joven, Mar Contreras, a la que ambos definieron como «una niña especial», buena estudiante, dispuesta siempre a ayudar a quien lo necesitaba y «espectacular como mujer».

Al convencimiento de que fue un asesinato llegan por los indicios que dicen tener de mensajes de audio de WhatsApp de su hija, que nunca les habló de los problemas psicológicos que supuestamente padecía su exnovio, algo de lo que ayer se lamentaba su madre, la cual leyó un comunicado para pedir que lo ocurrido no quede como un accidente: «A mi hija me la han matado, me la han robado».

En el escrito que leyó durante la concentración, en la que exhibió una foto de su hija, la madre relató lo «orgullosos» que sus padres, ahora «más solos y desmoronados», estaban de ella.

De conversaciones de audio por wasap que la chica mantuvo con una amiga, a las que ha tenido acceso Efe, se deduce que el joven tenía problemas psicológicos relacionados con la «bipolaridad, la ansiedad y el trastorno persecutorio», y que las idas y venidas de la relación entre ambos estaban motivadas por esa circunstancia, que ella nunca contó a sus padres.