Las agresiones sexuales registradas en las últimas ediciones de los sanfermines se han convertido en la principal preocupación de los pamplonicas en los días previos al lanzamiento del chupinazo este domingo. Las escenas vividas durante el arranque de las fiestas del pasado año, cuando chicas semidesnudas fueron manoseadas por la multitud, dispararon todas las alarmas. A pesar de la espectacularidad de esas lamentables imágenes, difundidas por todo el mundo a través de Internet, el auténtico riesgo es que se generalice una sensación de impunidad que multiplique las violaciones y vejaciones que sufren las mujeres aprovechando la "invasión" de foráneos que recibe la ciudad.

En las últimas semanas, se han hecho públicas diferentes iniciativas para concienciar a la ciudadanía y para proteger a las mujeres. El Ayuntamiento de Pamplona ha puesto en marcha una amplia campaña de prevención y sensibilización contra la violencia sexista, que ha sido consensuada con asociaciones de mujeres, grupos feministas y otros movimientos sociales. Con el título de "Por unas fiestas libres de agresiones sexistas", su objetivo es activar la respuesta ciudadana como mejor antídoto a los episodios de violencia que puedan registrarse. El pasado año, al menos dos jóvenes presentaron denuncia por abusos sexuales, aunque se estima que muchos otros casos quedaron ocultos.

La iniciativa, que se hará extensiva a todas las fiestas que se celebren en Navarra en los próximos meses, tiene como icono una mano roja de rechazo. Los ciudadanos recibirán información y consejos a través de 25.000 soportes, desde carteles, broches, camisetas, guías, programas de fiestas e incluso tarjetas con los teléfonos de emergencia. Los mensajes, impresos en varios idiomas, están disponibles en lugares como bares, hoteles, campings, baños públicos y consignas.

De igual forma, los 3.500 agentes de las diferentes policías que integran el dispositivo de seguridad durante los sanfermines prestarán especial atención a los comportamientos sexistas durante el chupinazo. Habrá policías centrados exclusivamente en detectar agresiones durante el chupinazo y varias patrullas serán situadas en los balcones de la plaza consistorial. Además, ante la dificultad para intervenir en un espacio abarrotado de gente, se grabarán imágenes en vídeo para identificar a los autores de cualquier acto ilícito y, en función de la gravedad de los hechos, proceder a su detención.

Además, el pasado mes de mayo 15 agentes de policía recibieron un curso práctico sobre "primeros auxilios a las víctimas de agresiones sexuales", organizado por la red de técnicas de igualdad de Navarra.

Los participantes en aquella acción han formado a su vez a las personas encargadas de la protección civil durante las fiestas.

Rechazo ciudadano

La implicación de la sociedad es una de las claves de las campañas de sensibilización organizadas. El consejero de Interior del Gobierno navarro, Javier Morrás, ha instado a todos los pamploneses y visitantes, especialmente a los más jóvenes, a que rechacen los comportamientos exhibicionistas y sexistas, y a que intervengan activamente cuando sospechen que se esté cometiendo una agresión.

El alcalde de la ciudad, Enrique Maya, quiso zanjar el debate sobre si las mujeres que se suben a hombros de amigos y conocidos y se levantan la camiseta permiten los tocamientos de forma voluntaria. Maya denunció esas actitudes y anunció que los agentes las evitarán aunque la mujer consienta ser manoseada: "No permitiremos que haya quien aproveche esos momentos para salir en los medios".

El mundo de la comunicación también se ha involucrado en esta batalla. Representantes de 14 medios navarros posaron en una foto conjunta, mirando a la cámara con la mano abierta, como muestra de rechazo a las agresiones. Además, un grupo de periodistas ha participado en un curso sobre pautas prácticas para abordar los casos o noticias relacionadas con la violencia sexista.

Y como todos los años, la Federación de Peñas ha mostrado públicamente su rechazo a estas prácticas y ha organizado varias movilizaciones en la semana previa al chupinazo. Durante los pasados sanfermines, tras las agresiones denunciadas por dos mujeres, reclamaron a bares y hosteleros un paro de 15 minutos para denunciar estas vejaciones y proclamar que "no es no", también en fiestas.