Benedicto XVI tiene previsto iniciar poco antes del mediodía de hoy una visita de menos de 30 horas a España en el que será su tercer viaje al extranjero desde que fue elegido Papa por el cónclave de cardenales, en abril del pasado año. Joseph Ratzinger circunscribirá su viaje a la ciudad de Valencia, donde clausurará el V Encuentro Mundial de las Familias, un evento que, desde 1994, organiza el Vaticano cada tres años. De paso, se entrevistará por vez primera con el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, con el que los obispos mantienen una tensa relación a cuenta de la legalización de los matrimonios gais y la nueva ley de educación, la LOE.

Este es el último viaje que el Pontífice realiza para cumplir con los compromisos adquiridos por Juan Pablo II. Al igual que ocurrió el último agosto, cuando visitó Colonia por la Jornada Mundial de la Juventud, Ratzinger viaja a Valencia para colmar el deseo de su antecesor, que en el 2003 decidió que la ciudad fuera la próxima sede de la cita de las familias. Vielen Dank (muchas gracias) reza una inscripción en alemán colgada en un balcón adyacente al palacio arzobispal de Valencia con la que inevitablemente se topará Ratzinger, en señal de agradecimiento por haber hecho suyo el compromiso de Wojtyla.

La visita llega en un momento en que las relaciones entre la Santa Sede y España atraviesan por un mal momento. Destacados obispos españoles, como el arzobispo de Toledo y vicepresidente del episcopado, Antonio Cañizares, al que Ratzinger ascendió recientemente a cardenal, no se privan de lanzar duras críticas contra el Gobierno socialista, al que presentan como un enemigo de la Iglesia. En vísperas de su viaje, el Papa ha recibido a otro de los halcones de la jerarquía, el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, que ha puesto al Pontífice al corriente de las desavenencias que los prelados tienen con el Ejecutivo.

Tras su llegada al aeropuerto de Manises, en el que será recibido por los Reyes y el presidente del Gobierno, donde se oirán sus primeras palabras, y un alto en el camino para rezar por las víctimas de la tragedia del metro, el Papa se encaminará hacia la catedral de Valencia.

ENTREVISTA El tono que Ratzinger ha decidido imprimir a su visita podría atisbarse ya entonces, antes de que a las 18.30 horas Zapatero acuda a entrevistarse con él al palacio del arzobispo de Valencia, Agustín García Gasco, cuyas diatribas contra el Gobierno español rivalizan con las de Cañizares. García Gasco sostiene, por ejemplo, que los socialistas infligen "malos tratos" a las familias.

Pero la ocasión más nítida, la primera, para vislumbrar las intenciones del Pontífice, no llegará hasta esta noche, cuando el Papa participe en un encuentro con las familias. El Pontífice tendrá una nueva ocasión para pronunciarse sobre las iniciativas gubernamentales durante la misa que, mañana por la mañana, celebrará en el mismo lugar. Al término de la ceremonia, el Papa mantendrá un aparte con el líder del PP y de la oposición, Mariano Rajoy.

Está por ver si entre los asuntos tratados por el presidente del Gobierno, que irá a visitar a Ratzinger en compañía de la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, se abordará la cuestión de la financiación de la Iglesia católica.