El papa Francisco ha invitado a los católicos esta Nochebuena a afrontar con ternura "las circunstancias más duras de la vida", a mostrar "humildad en cualquier conflicto" y a dejarse querer por Dios para poder ver la luz en un mundo de tinieblas.

Este fue el mensaje transmitido por Jorge Bergoglio en el discurso pronunciado durante la celebración de la Misa del Gallo en la Basílica de San Pedro del Vaticano, el primero de los ritos de la que es su segunda Navidad como pontífice.

A la Misa de Nochebuena, que conmemora para los católicos el nacimiento de Jesús, asisten cerca de 10.000 personas, según los organizadores, que han permanecido tanto en el interior de la basílica como en la Plaza de San Pedro.

Durante la Misa, el obispo de Roma ha invitado a los católicos a contemplar la imagen de Dios en la Tierra, "acostado en un pesebre", para reflexionar sobre la manera en la que se relacionan con Dios.

"¿Tenemos el coraje de acoger con ternura las situaciones difíciles y los problemas de quien está a nuestro lado, o bien preferimos soluciones impersonales, quizás eficaces pero sin el calor del Evangelio? ¡Cuánta necesidad de ternura tiene el mundo de hoy!", ha añadido Bergoglio.

"LA LUZ LA VIO LA GENTE SENCILLA, NO LOS ARROGANTES"

Finalmente, el papa Francisco ha concluido su homilía reiterando el mensaje de Isaías para asegurar que la luz de Jesús "la vio la gente sencilla, dispuesta a acoger el don de Dios" y no "los arrogantes, los soberbios, los que establecen las leyes según sus propios criterios personales, los que adoptan actitudes de cerrazón".

Tras la celebración eucarística, el octavo jefe del Estado Vaticano ha portado entre sus brazos al niño Jesús y lo ha llevado en procesión hasta el Nacimiento, instalado en la Basílica Vaticana.