María Sevilla y el padre del niño se habían conocido en el 2006. Las discusiones de la pareja eran «continuas desde el inicio de la relación», según consta en los informes realizados por el equipo psicosocial del juzgado de Valdemoro. Pero fueron en aumento cuando nació el crío, en julio del 2007, sobre todo por «temas relacionados con la forma de educar al menor». Los peritos también reflejan «puntos de fricción por la adscripción de ambos a la Comunidad de la Iglesia Evangelista, al desvincularse de esta el padre». Rafael decidió separarse en el 2010.