La mujer acusada de envenenar a su familia, Francisca B. M., ingresó ayer por la tarde en el Centro Penitenciario de Melilla después de confesar que estuvo suministrando productos farmacéuticos, que pudieron haber sido la causa de la muerte de su marido hace cinco meses y de su hija el pasado viernes, mientras un segundo hijo se encuentra hospitalizado con un cuadro tóxico.

Esta ama casa de 35 años, natural de Valencia, fue detenida el lunes por la tarde después de conocerse los resultados de la autopsia practicada a su hija Sandra G., una estudiante de 15 años que murió el viernes por una fuerte intoxicación que le había dañado el hígado.

El fallecimiento de la joven se produjo a la media hora de ser ingresada en el hospital en "un estado lamentable de higiene física". Esta situación despertó las sospechas del equipo médico que la atendió y de las fuerzas de seguridad, que decidieron detenerla.

Tras pasar 48 horas en la comisaría de Melilla, Francisca B. M. pasó ayer a disposición judicial. Antes, confesó ante los policías que suministró a su marido, Antonio G. B., de 42 años, y a sus dos hijos, Sandra y Antonio, un producto farmacéutico durante meses para envenenarlos. La mujer explicó que decidió matarles porque su marido era alcohólico, la maltrataba y amenazaba repetidamente con abandonarla.

La presunta parricida declaró después ante la juez durante casi tres horas sin que haya trascendido el contenido de éstas al haber sido decretado el secreto de sumario.

Una hermana de la detenida, María del Carmen B. M., se desplazó ayer desde Valencia y criticó que se condenara a su hermana "cuando aún no se ha celebrado el juicio".