Científicos británicos han desarrollado unas patatas modificadas genéticamente que son resistentes al Phytophthora infestans, un parásito que le causa estragos y que fue el principal responsable de las grandes hambrunas del siglo XIX en Irlanda. La investigación, que ha supuesto tres años de trabajos, necesita ahora la aprobación de la UE para que se pueda comercializar.

Según ha informado la BBC, las patatas son especialmente vulnerables a este hongo, conocido popularmente como tizón tardío y que aparece en zonas de gran humedad. La velocidad con la que esta infección se afianza y el impacto que causa son "devastadores", dicen los autores del trabajo, y pueden llegar a afectar a seis millones de toneladas de la producción anual de patatas en el Reino Unido.

Ante estas cifras, los investigadores del Centro John Innes y del Laboratorio Sainsbury comenzaron a buscar una solución agregando un gen de un pariente silvestre de América a una patata Desirée, una variedad amplio cultivo, con color rojo y piel fina. "Y creo que la genética es mejor forma que la química para controlar la enfermedad", ha señalado el autor principal del estudio, Jonathan Jones.

También diferencia de rendimiento

En el 2012, durante el tercer año de la prueba, todas las patatas no modificadas genéticamente se infectaron con el tizón tardío, mientras que las transgénicas resistieron sin problemas hasta el final del experimento. Hubo también una diferencia en el rendimiento, puesto que con la nueva variedad se produjo el doble de tubérculos.

Lo que los autores del trabajo, publicado en Philosophical Transactions de la Royal Society B, no pueden comentar es el sabor de estas patatas, ya que se les prohibió comer la variedad transgénica. Sin embargo, aseguran que los nuevos genes no tienen por qué afectar al sabor.

"El balance será a favor de los agricultores. Puede que tengan que pagar más por la semilla, pero van a ahorrar en herbicidas", concluye Jones.