Las condenas previstas para los agresores en la ley antimaltrato --una norma que agrava la pena si el agresor es un hombre, no así si es una mujer-- cosechó ayer división de opiniones entre los expertos. Algunos, como Gregorio Peces Barba, uno de los padres de la Constitución y rector de la Universidad Carlos III, defendieron la constitucionalidad del proyecto. Otros, como el catedrático de Derecho Constitucional Francisco Bastida, opinaron lo contrario e insistieron en que la violencia doméstica debe ser castigada con dureza independientemente de quién cometa la agresión: un hombre o una mujer.

La ley antimaltrato, elaborada por el Gobierno socialista y aplaudida por las feministas, comenzó ayer su andadura parlamentaria. Para ello, varios expertos acudieron al Congreso con el objetivo de asesorar a los diputados. Sin embargo, no hubo unanimidad. Peces Barba, así como el catedrático de Derecho Procesal José María Asencio acudieron a propuesta del PSOE y defendieron la constitucionalidad de la discriminación positiva de la norma, que sólo considera víctimas a las mujeres y que no incluye la violencia contra ancianos u hombres. Estos, según los dos expertos, están ya amparados por el Código Penal.

Peces Barba destacó que la Constitución insta a los poderes públicos a "remover los obstáculos" para que los colectivos discriminados --en este caso, las mujeres-- adquieran una igualdad efectiva. A su juicio, el hecho de que las víctimas de la violencia doméstica sean mayoritariamente mujeres es más que suficiente para avalar esta opción.

AMENAZAS El rector de la Carlos III fue más allá y dijo que todos los delitos cometidos en el ámbito doméstico deberían estar más penados si el autor es un hombre. El redactado actual de la ley dictamina que las amenazas y las coacciones leves son delito (y no falta) si las comete un hombre sobre su compañera o ex . Asimismo, en el caso de las lesiones, considera agravante el hecho de que el agresor sea el marido o novio o ex de la víctima. Peces Barba propuso hacer lo mismo --es decir, elevar la pena-- con otro tipo de conductas realizadas por los hombres agresores, como por ejemplo las vejaciones.

Sin embargo, no todos los expertos opinaron igual. El catedrático Francisco Bastida --que acudió a propuesta de IV-IU-ICV-- aseguró que es constitucional considerar que la víctima es siempre una mujer, pero no lo es decir que el agresor es siempre un hombre. El profesor puso un ejemplo: "Supongamos que en los campus universitarios de EEUU se cometen muchas violaciones y la mayoría de ellas son a manos de jóvenes negros. ¿Qué es más lógico, castigar con dureza todas las violaciones o sólo las que cometan los jóvenes negros?".

DE MIGUEL El sociólogo Amando de Miguel, que acudió a propuesta del PP, descalificó la ley de arriba a abajo y dijo que la norma causará un aumento de la violencia, porque "ataca mal" el problema.