Arrecia el debate político y jurídico en España sobre el propósito del Gobierno, anunciado el pasado miércoles por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, de introducir en el Código Penal una pena de cadena perpetua "revisable" que se aplicaría en procesos que causen la "máxima repulsa social".

Los sistemas penales de los grandes países europeos incluyen esta pena, con distintos matices. En este artículo se analiza cómo se aborda esta cuestión en varios países del viejo continente.

FRANCIA

Entre 500 y 600 presos de por vida

En Francia, la pena de muerte fue abolida en 1981 con la llegada a la presidencia del socialista François Mitterrand, pero desde 1993 la condena a cadena perpetua se cumple en muchos casos estrictamente. Ese año, un caso que impactó especialmente a la opinión pública francesa --la violación y el asesinato de una niña de 8 años en Perpinyà-- llevó al Parlamento a endurecer la legislación para convertir la pena en realmente perpetua. Hay entre 500 y 600 presos condenados de por vida.

En estos casos, la obtención de la libertad condicional es muy excepcional, aunque a partir de los 30 años de prisión el condenado puede solicitarla. La decisión depende de tres psiquiatras y cinco magistrados del Tribunal de Casación.

Además, los jueces pueden establecer en sus sentencias un periodo de seguridad, normalmente elevado, que se añade a la condena. De esta forma, salir de prisión se hace imposible. Esta medida se utiliza en casos muy excepcionales. Recientemente se ha aplicado en la sentencia contra el terrorista Carlos, también conocido como el Chacal. El pasado mes de diciembre fue condenado por segunda vez a perpetuidad por una cadena de atentados cometidos en Francia en los años 80, con un periodo de seguridad de 18 años. ELIANNE ROS

ALEMANIA

Revisión al cumplir 15 años de reclusión

El Código Penal alemán prevé la cadena perpetua para los delitos de mayor gravedad: asesinato; robo con resultado de muerte; provocar peligro de guerra para la República Federal de Alemania (RFA); alta traición, o intentar alterar el orden constitucional previsto en la Ley Fundamental alemana. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la cadena perpetua se revisa una vez transcurridos 15 años de estancia en prisión. Cuando un condenado a cadena perpetua es puesto en libertad a los 15 años, existen mecanismos de supervisión, de seguimiento, que el tribunal puede levantar si considera que existen indicios suficientes para pensar que la persona que ha sido puesta en libertad no volverá a delinquir sin necesidad de la supervisión prevista en el Código Penal.

Existen casos considerados de extrema gravedad en los que no hay revisión. Un ejemplo muy claro de estas situaciones son los asesinatos considerados xenófobos. Se aplica, entonces, un régimen especial de confinamiento permanente. Este régimen incluso se puede aplicar años después de que haya sido dictada la sentencia, con la condición de que dos dictámenes independientes confirmen la peligrosidad del individuo.

En cuanto a las condenas que fijan un periodo de tiempo determinado de reclusión, no pueden exceder los 15 años. Incluso cuando el delincuente ha violado más de una norma legal. En estos casos, se prevén condenas agregadas, pero nunca pueden superar los 15 años en total. J. M. FRAU

REINO UNIDO

Asesinatos múltiples y con agravantes

La legislación para Inglaterra y Gales estipula que cualquier asesinato conlleva instantáneamente la cadena perpetua. En la práctica, el encierro en la cárcel hasta la muerte del prisionero solo se aplica en casos extremos de asesinatos múltiples (más de dos víctimas mortales) con agravantes como terrorismo, abusos sexuales o secuestro premeditado, entre otros casos.

Es el juez quien recomienda, después de que el jurado haya declarado culpable al encausado, si el encierro de por vida significa literalmente eso (la llamada whole life order). En la mayoría de los procesos por asesinato, sin embargo, dependiendo de las circunstancias, el juez aconseja la duración del encierro que el condenado debe cumplir. El periodo mínimo es de 12 años, pero puede alargarse hasta los 30, antes de quedar en libertad condicional (early release). Los reos que no respeten las condiciones que les sean impuestas o que sean considerados un peligro público pueden volver a ser encarcelados inmediatamente.

Hasta el 2002, la sentencia recomendada por el juez debía ser ratificada por el ministro del Interior. En general los ministros se limitaban a dar el visto bueno, pero en alguna ocasión trataron de imponer su criterio. Ahora los políticos han perdido ese poder, incompatible con la legislación de derechos humanos.

Sin embargo, el Tribunal de Apelación y el Tribunal Supremo sí pueden, aunque solo en casos excepcionales, rectificar una sentencia. BEGOÑA ARCE

ITALIA

Una ley no escrita para los capos

La cadena perpetua es el castigo más severo que se puede aplicar en la justicia italiana. Se trata de una condena que en este país no tiene límite temporal alguno. Así, al menos, lo establece el Código Penal, tal y como queda reflejado en los artículos 17 y 22. También aparece determinado así en diversas leyes complementarias, que, en este sentido, determinan las especificidades concretas de esta sanción.

Esto es en la teoría. Porque en la práctica, el preso puede pedir la libertad condicional después de la finalización del 26° año de reclusión, y una vez cumplidos 20 años de prisión puede acceder a un régimen de semilibertad. Esta situación únicamente se le concede si cumple ciertos requisitos, como por ejemplo la buena conducta.

Dicha situación se debe a que, como ponen de manifiesto numerosas organizaciones de derechos humanos, la aplicación de la cadena perpetua presenta un problema de constitucionalidad, dado que el artículo 27 de la Carta Magna establece que las penas "deberán tender a la reeducación del condenado".

En esta misma línea, el sistema jurídico excluye desde el año 1994 a los menores de edad de la legislación sobre la cadena perpetua.

Sin embargo, en el caso de los delitos comentidos por los capos mafiosos, sobre los que suelen pesar varias cadenas perpetuas y que suelen estar habitualmente sometidos a un régimen especial de aislamiento, existe una ley no escrita que lleva a los jueces italianos a no concederles nunca los beneficios de la buena conducta. Por tanto, en este tipo de casos, los capos suelen y mantenerse de forma indefinida entre rejas. IRENE SAVIO