Florentino Pérez compareció ayer en el Parlamento catalán en calidad de presidente de ACS, pero acabó hablando del palco del Santiago Bernabéu y de baloncesto. Aunque al margen de consideraciones deportivas y políticas, quizás lo más sustancioso de su intervención para hablar sobre el proyecto Castor llegó cuando aseguró que su empresa ha «perdido dinero» con el frustrado almacén gasístico, a pesar de la cuantiosa indemnización. No estaba claro que Pérez, muy conocido por ser el presidente del Real Madrid, asistiera a la comisión de investigación del Parlament sobre el Castor. Pero lo hizo, y a pesar de que empezó diciendo que podía ayudar «poco» porque no había «participado en la obra», acabó entrando en debate sin problemas con los diputados. Algunos miembros de la comisión fueron duros con Pérez, y provocaron su indignación. Sobre todo la representante de la CUP, Maria Sirvent. «No permitiremos en ningún caso que usted ponga sus garras sobre nuestros niños, nuestra gente mayor, sobre la gente desfavorecida. Cada día tiene usted más sus garras puestas en la administración pública. A usted nuestra vida no le importa nada, solo le importa su bolsillo y su riqueza», dijo la diputada antisistema después de recordarle que el fiasco del Castor costó a los contribuyentes, entre indemnizaciones e intereses, 3.200 millones de euros. «Esto es un mitin, por dios», respondió Pérez.

«PARECE QUE SOY UN DEMONIO»

Pérez explicó que, siempre que se ejecuta una obra con «riesgo geológico grande», cualquier país incluye una cláusula mediante la que se hace cargo de posibles problemas, como sucedió con el Castor. «Parece que yo soy aquí un demonio. ¿Dicen que le han dado 3.200 millones a Florentino? No me han dado ni un duro. Todo el dinero se lo han llevado los financiadores, los bonistas y el Banco Europeo de Inversiones. Aquí hemos perdido dinero. Con ese dinero no se cubría el 100% de la deuda de los bonistas», explicó. En cualquier caso, se declaró «consternado» por los perjuicios que la plataforma generó a los vecinos de varias poblaciones de Tarragona y de Castellón y los temblores sísmicos provocados por la actividad del Castor.