El norte de la isla canaria de Fuerteventura sufrió ayer la llegada de unos 100 millones de langostas del desierto (Schistocerca gregaria ), plaga que supera con creces la vivida durante el fin de semana en Lanzarote, en donde se contabilizaron en torno a tres millones de ejemplares. A pesar de la magnitud de la nueva plaga, visible incluso en algunos centros turísticos, los daños sobre los cultivos de las islas son mínimos.

En las próximas horas se espera que lleguen vientos fríos y húmedos del norte. Las ansiadas lluvias frenarían la llegada de más insectos y complicarían la supervivencia de las que ya han llegado.

Los ejemplares que llegan a las islas proceden del Sáhara Occidental y Mauritania, y se encuentran al final de su ciclo vital. En muchas ocasiones fallecen nada más aterrizar en las costas. Las langostas jóvenes se caracterizan por su enorme voracidad, ya que son capaces de comer el doble de alimentos de su peso. En los años 50 se produjo la última invasión de este tipo y los destrozos en los cultivos fueron enormes. Debido al débil estado de los insectos, se descarta la fumigación, que podría tener un gran impacto ambiental.