Tres meses después de presentar el ambicioso plan contra las seudoterapias para «proteger la salud de los ciudadanos», el Gobierno acaba de mover ficha y ha etiquetado como seudoterapias 73 prácticas que carecen de cualquier rigor científico. Se trata de técnicas cuyos promotores ni siquiera han intentado evaluar su eficacia. Son, por ejemplo, la frutoterapia, los cuencos tibetanos, las esencias marinas, la gemoterapia y la hidroterapia del colon. Hay otras 66 disciplinas que están siendo evaluadas por los equipos oficiales de investigación para ver si se las incluye, o no, en la lista de las seudoterapias. Entre ellas, la acupuntura, la homeopatía, el reiki y la osteopatía.

Acompañado por la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, el ministro Duque recordó que todos los estudios internacionales apuntan «claramente» a que la homeopatía no tiene efecto terapéutico alguno para combatir enfermedades o dolencias. De hecho, uno de los carteles publicitarios que Sanidad y Ciencia han lanzado como parte del plan contra las seudoterapias muestra un vaso de agua con un terrón de azúcar deshaciéndose bajo el siguiente lema: Para curarte necesitas algo más que agua con azúcar (término con el que los defensores de la evidencia científica califican a la homeopatía).

MEDICINA CHINA

El ministro, en todo caso, recalcó que el equipo de investigación continúa analizando los estudios para ver si, efectivamente, la homeopatía merece oficialmente el calificativo de seudociencia o no. La medicina natural china, la naturista, el yoga, la aromaterapia, el drenaje linfático manual, los masajes craneosacrales y la terapia Gestalt son algunas de las 66 técnicas que, junto con la homeopatía, continúan en evaluación por parte de la Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Prestaciones del Sistema Nacional de Salud.

Sanidad y Ciencia han aprobado también una campaña publicitaria de concienciación. «No hay afán de prohibir nada, sino de aportar información para que las personas tomen sus decisiones», destacó Duque.

También se divulgará a través de los medios un anuncio en el que una mujer entra a una tienda para reparar su móvil. El responsable del local pretende cobrarle 100 euros mientras pone sus manos encima del teléfono y entona cánticos. El espot termina de manera simpática recomendando a los espectadores que no se crean el anuncio así porque sí. Otra publicidad recuerda la cantidad de investigadores e investigadoras científicas que han contribuido a mejorar nuestra vida, desde Tesla hasta Curie y Einstein.

La parte más ambiciosa del plan, sin embargo, está sin aprobar. Sacar las seudoterapias de los hospitales y negar la calificación de «sanitario» a todos aquellos centros que las ofrecen forman parte de un real decreto propuesto por el Gobierno pero que aún no está aprobado. Hacerlo lleva su tiempo burocrático y, quizá, al actual Ejecutivo no le dé tiempo antes de finalizar la legislatura. La ministra aseguró ayer que están trabajando en ello y que, en todo caso, «la Administración no cierra con las elecciones».