Todos los culturistas que compiten se dopan. Lo llaman deporte, pero en realidad es una actividad en la que gana el que más porquería se mete en el cuerpo". Así de contundente se muestra un responsable del Cuerpo Nacional de Policía después de participar esta semana en la mayor operación contra el mercado negro de los anabolizantes: 126 detenidos en toda España por vender en gimnasios sustancias ilegales para aumentar músculo.

La redada ha provocado un cúmulo de críticas a los culturistas. Estos, sin embargo, se defienden y afirman se puede ser atleta con métodos naturales: dieta estricta, vitaminas y entrenamiento diario. Eso sí, afirman que "cada uno es muy libre de drogarse" porque en los campeonatos no existen controles antidopaje.

En el caso de que los culturistas pertenecieran a una federación, sí habría este tipo de controles. Pero, de momento, las tres asociaciones que hay en España --cada una, con unos mil deportistas competidores-- no han conseguido que el Gobierno les conceda el estatus de federación, según explica el presidente de la Asociación Española de Físico Culturismo (AEFC), Alfonso González. Este hombre, de 46 años, fue campeón de Europa en 1988 y asegura nunca ha consumido anabolizantes.

La diferencia entre federación y asociación es que las primeras están controladas por el Consejo Superior de Deportes.

CAMPEONES ARRESTADOS La mayoría de los 126 detenidos en la operación policial son propietarios de gimnasios y monitores sin escrúpulos que compraban las sustancias ilegales y las vendía a los usuarios de los centros deportivos. Entre los arrestados se encuentra el expresidente de una federación territorial de culturismo, varios campeones locales y nacionales, un finalista de un concurso europeo y otro atleta que se iba a presentar al mundial de Malta pero quedó fuera de combate tras sufrir un desgarro muscular.

La policía ha requisado miles de cajas y prospectos falsificados en los que los cabecillas de la red metían las sustancias adulteradas. Se trata de productos que, antes de ser manipulados, sólo pueden consumirse bajo control médico. Además, el que los ingiere nunca deber ser una persona sana --como los deportistas-- sino que debe tener alguna patología. Por ejemplo, problemas respiratorios o de crecimiento.

Los efectos de las sustancias adulteradas son brutales. Uno de los arrestados tenía un número 42 de pie y ahora tiene el 49. A otro le crecieron las manos el equivalente a dos tallas. Otro tiene un ancho de espalda de casi un metro. Otro registraba una tensión arterial similar a la de una anciana de 70 años. A muchos les salieron quistes debido a que las algunas sustancias eran inyectables y se habían cristalizado. Y otros sufren impotencia.

Según la policía, los detenidos han reconocido durante los interrogatorios que el 100% de los culturistas que compiten se dopan. "No hay otra manera de crear un cuerpo así", afirman. "Muchos de ellos --añade un investigador-- son como drogadictos y te dicen yo controlo, yo controlo. Pero están mintiendo".

Esas mismas fuentes concluyen que el dopaje es habitual en los gimnasios, independientemente de si tienen 50 clientes o 2.000. "Todo el que quiere sustancias para ganar músculo, las consigue", subrayan.

Hay muchas historias personales de transformación. Por ejemplo, hace una década, Fernando R., de 32 años, que pasó de pesar 60 kilos a adquirir una gran musculatura en un cuerpo de 90 kilos. "Me he metido de todo", confiesa.