La policía de Barcelona detuvo el sábado a un ciudadano británico de 35 años acusado de matar a su hijo, un bebé de seis meses. El padre, Ersoy T., cocinero, ha negado rotundamente los hechos.

La autopsia realizada al bebé no deja lugar a dudas ni a la posibilidad de un accidente doméstico. El pequeño presentaba dos fracturas de cráneo provocadas, presuntamente, en el momento en que fue asfixiado.

El suceso encogió el corazón de los agentes del grupo de homicidios de la policía, encargados de la investigación y nada acostumbrados a tener que ver fotografías de autopsias de bebés asesinados. Los hechos sucedieron el sábado. Según la declaración realizada por el hombre, el viernes se acostó en la cama con su hijo pequeño y, cuando despertó, éste no respiraba. La madre, una británica de 37 años traductora oficial de inglés, había viajado el fin de semana a Londres para asistir a una comida de antiguos alumnos de su universidad.

El detenido explicó que cogió a su bebé, ya fallecido, y lo llevó andando al ambulatorio de la calle de San Antonio María Claret, que se encuentra cerca de su casa. De allí regresó otra vez a su domicilio y se trasladó en su coche al Hospital Clínico, donde certificaron la muerte del pequeño. El pediatra de urgencias del Hospital Clínico descubrió que había dos fracturas recientes de cráneo y optó por llamar a la policía.

PAREJA FELIZ La pareja llegó a Barcelona hace poco más de un año y alquiló un enorme piso en el paseo de San Juan. Aparentemente era una pareja feliz y el hijo, muy deseado. Nadie del entorno de la pareja ha aportado a los investigadores ningún dato en sentido contrario.

La madre fue localizada en Londres y llegó a Barcelona el domingo. Tanto ella como la abuela han defendido al padre en sus declaraciones y han asegurado que éste quería muchísimo a su hijo y que "es imposible que lo haya querido matar".